Lectura del santo evangelio según san
Marcos 12, 28b-34
En
aquel tiempo, un escriba se acercó a Jesús y le preguntó: -«¿Qué mandamiento es
el primero de todos?» Respondió Jesús: -«El primero es: "Escucha, Israel,
el Señor, nuestro Dios, es el único Señor: amarás al Señor, tu Dios, con todo
tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu ser. " El segundo
es éste: "Amarás a tu prójimo como a ti mismo." No hay mandamiento
mayor que éstos.» El escriba replicó: -«Muy bien, Maestro, tienes razón cuando
dices que el Señor es uno solo y no hay otro fuera de él; y que amarlo con todo
el corazón, con todo el entendimiento y con todo el ser, y amar al prójimo como
a uno mismo vale más que todos los holocaustos y sacrificios.» Jesús, viendo
que había respondido sensatamente, le dijo: -«No estás lejos del reino de
Dios.» Y nadie se atrevió a hacerle más preguntas.
Reflexión del Evangelio de hoy
Haz
memoria de Jesucristo el Señor, resucitado de entre los muertos
Lo
sabemos por propia experiencia. Con el paso del tiempo la memoria empieza a
fallarnos. Y, sin embargo, hay que afirmar que no se puede ser cristiano sin
buena memoria. Porque necesitamos recordar “las cosas grandes y sublimes que el
Poderoso ha hecho y sigue haciendo en todos nosotros”. Jesús en cada eucaristía
nos pide “haced esto en memoria mía”. No podemos olvidar, hemos de tener
siempre presente, el gran amor con que nos amó, la entrega de su vida en favor
nuestro, el camino que él no ha trazado. “Cuerpo entregado, sangre derramada”.
San
Pablo se lo dice a Timoteo y a todos nosotros claramente: “Haz memoria de
Jesucristo el Señor, resucitado de entre los muertos”. Para ser cristiano y
seguir sus huellas necesitamos hacer memoria de Jesús, de su modo de vivir y de
todo lo que hizo por nosotros. Si tenemos presente cómo amó Jesús lograremos
amar, si tenemos presente cómo perdono Jesús no nos costará perdonar, si
tenemos presente cómo Jesús nos lavó los pies no nos costará lavar los pies a
nuestro hermanos.
Sabiendo
además que lo nuestro no es solo una imitación externa de sus actitudes. Lo
nuestro es vivir muy unidos a él, quedar injertados en él, como los sarmientos
y la vid, de tal manera que si “morimos con él, viviremos con él. Si
perseveramos, reinaremos con él”. Y si cometemos la torpeza de separarnos de
él, de iniciar distintos caminos, saldrá de nuevo a nuestro encuentro para
perdonarnos y convencernos de que seguir sus huellas es la mejor manera de
conseguir la “vida y vida en abundancia” que todos buscamos y anhelamos.
¿Qué
mandamiento es el primero de todos?
Nos
lo sabemos de requetememoria. Lo primero y más importante para Jesús es
el amor. ¡Se lo hemos oído tantas veces y de tantas maneras! Trató de
convencernos por activa y por pasiva de que si amamos, el sentido, la
esperanza, la emoción, la alegría, se adueñarán de nuestro corazón. Que el
camino contrario, el del desamor, el odio, la violencia lleva a la tristeza y
al sinsentido. “Amarás al Señor tu Dios con todo el corazón, con toda tu alma,
con toda tu mente, con todo tu ser… amarás a tu prójimo como a ti mismo”.
Jesús
se ha empeñado en decirnos que lo del amor no es una cuestión más de nuestra
vida. Es la cuestión principal. Si fallamos en ella todo el edificio de nuestra
persona se viene abajo, aunque ocupemos un puesto importante en la sociedad,
tengamos dinero suficiente, una buen saludad… Y ha insistido en ello, como los
buenos maestros, no solo de palabra sino también de obra. Su vida fue una vida
de entrega, de amor. Podemos hacer memoria de su persona, del gran amor con que
nos amó para hacer de nuestra vida lo que fue su vida, una historia de amor.
Fray Manuel Santos
Sánchez
Convento de Santo Domingo (Oviedo)
Convento de Santo Domingo (Oviedo)
https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/7-6-2018/
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