Día litúrgico: Domingo V (C) de Pascua
Texto del Evangelio (Jn 13,31-33a.34-35): Cuando
salió Judas del cenáculo, dijo Jesús: «Ahora es glorificado el Hijo del Hombre
y Dios es glorificado en Él. Si Dios es glorificado en Él, también Dios lo
glorificará en sí mismo: pronto lo glorificará.
»Hijos míos, me queda poco de estar con vosotros. Os doy
un mandamiento nuevo: que os améis unos a otros como yo os he amado. La señal
por la que conocerán que sois discípulos míos, será que os amáis unos a otros».
Comentario: Rev. D. Jordi CASTELLET i Sala (Sant Hipòlit de
Voltregà, Barcelona, España).
«Que os améis unos a otros»
Hoy, Jesús nos invita a amarnos los unos a los otros.
También en este mundo complejo que nos toca vivir, complejo en el bien y en el
mal que se mezcla y amalgama. Frecuentemente tenemos la tentación de mirarlo
como una fatalidad, una mala noticia y, en cambio, los cristianos somos los
encargados de aportar, en un mundo violento e injusto, la Buena Nueva de
Jesucristo.
En efecto, Jesús nos dice que «os améis unos a otros como
yo os he amado» (Jn 13,34). Y una buena manera de amarnos, un modo de poner en
práctica la Palabra de Dios es anunciar, a toda hora, en todo lugar, la Buena
Nueva, el Evangelio que no es otro que Jesucristo mismo.
«Llevamos este tesoro en recipientes de barro» (2Cor 4,7).
¿Cuál es este tesoro? El de la Palabra, el de Dios mismo, y nosotros somos los
recipientes de barro. Pero este tesoro es una preciosidad que no podemos
guardar para nosotros mismos, sino que lo hemos de difundir: «Id, pues, y haced
discípulos a todas las gentes (...) enseñándoles a guardar todo lo que yo os he
mandado. Y he aquí que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del
mundo» (Mt 28,19-20). De hecho, San Juan Pablo II escribió: «quien ha encontrado verdaderamente a Cristo no puede
tenerlo sólo para sí, debe anunciarlo».
Con esta confianza, anunciamos el Evangelio; hagámoslo con
todos los medios disponibles y en todos los lugares posibles: de palabra, de
obra y de pensamiento, por el periódico, por Internet, en el trabajo y con los
amigos... «Que vuestro buen trato sea conocido de todos los hombres. El Señor
está cerca» (Flp 4,5).
Por tanto, y como nos recalca el Papa San Juan Pablo II, hay que utilizar las nuevas tecnologías, sin
miramientos, sin vergüenzas, para dar a conocer las Buenas Nuevas de la Iglesia
hoy, sin olvidar que sólo siendo gente de buen trato, sólo cambiando nuestro
corazón, conseguiremos que también cambie nuestro mundo.
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