07-07-2014
Pese al calor de la jornada, miles de peregrinos acudieron a la plaza de San Pedro para el rezo del Ángelus del Papa Francisco.
Inspirado en el pasaje del Evangelio en el que Jesús convoca a los afligidos y agobiados para aliviarlos, el Papa denunció las condiciones precarias en las que muchas personas se ven obligadas a vivir.
Papa Francisco
"Los llama a todos: "Venid a mí", y les promete alivio y descanso. Esta invitación de Jesús se extiende hasta nuestros días, para llegar a muchos hermanos y hermanas oprimidos por precarias condiciones de vida, por situaciones existenciales difíciles y, a veces privados de auténticos puntos de referencia”.
Francisco recordó que "en los países más pobres, pero también en las periferias e los países más ricos se encuentran muchas personas cansadas y desamparadas bajo el peso insoportable del abandono y de la indiferencia”.
Por eso explicó el daño que hace la indiferencia y denunció el peso que supone un sistema económico que explota al hombre.
Papa Francisco
"La indiferencia: ¡cuánto daño hace a los necesitados la indiferencia humana! Y aún peor la de los cristianos. En los márgenes de la sociedad hay muchos hombres y mujeres probados por la indigencia, pero también por las insatisfacciones de la vida y las frustraciones. Muchos se ven obligados a emigrar de su patria, arriesgando su propia vida. Muchos más, cada día, soportan el peso de un sistema económico que explota al hombre, le impone un "yugo" insoportable, que los pocos privilegiados no quieren llevar”.
En su saludo a los peregrinos, el Papa agradeció especialmente el cariño recibido en su visita del sábado a la región italiana de Molise.
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