domingo, 27 de julio de 2014

El crecimiento silencioso de la joven y "pobre" comunidad católica de Mongolia


30/04/2014 (Mongolia)

La vigilia de Pascua más de 30 catecúmenos, entre jóvenes y adultos, han recibido el bautismo. La comunidad cuenta con más de mil fieles, pero deberá afrontar una burocracia "invasora y restrictiva" que limita las operaciones. Mons. Padilla: Una Iglesia "pobre para los pobres", según el ejemplo del Papa Francisco.

Ulaanbatar (AsiaNews/Eda)- La joven Iglesia católica de Mongolia continúa creciendo, con la celebración de más de 30 bautismos -entre jóvenes y adultos-, que se realizó en ocasión de la vigilia de Pascua. El número de fieles se acerca al millar, aún teniendo sobre sus espaldas una historia larga de más de 20 años, con la llegada de los primeros misioneros del extranjero después de decenios de ateísmo impuesto por el comunismo. Sin embargo, hoy, el nuevo desafío para los fieles esta constituido por una burocracia "invasora y restrictiva", que busca o trata de frenar el desarrollo de las distintas Iglesias y confesiones religiosas.


Desde un punto de vista normativo, la libertad religiosa está garantizada si bien, desde el 2009 por una ley que prevé para cada operador extranjero asumir una cuota de ciudadanos mongoles. De este modo, también para los misioneros extranjeros, para poder realizar su labor, deben involucrar a una representación de la población local tras un pago de salarios que terminan por pesar en las cajas y en los balances de las actividades. Una norma, por otro lado, aún hoy aplicada en modo desproporcionado y desigual entre las diversas comunidades religiosas.

En el año 2010, algunos misioneros de origen estadounidense han tenido que abandonar el país a causa del nuevo sistema de las cuotas, deseado por el gobierno mongol. La posibilidad de realizar la labor misionera "se ha hecho cada vez más restringida" admite Mons. Wenceslao Padilla, prefecto apostólico de Ulaanbaatar, y "las cosas se han hecho muy difíciles para la iglesia". El prelado pone en guardia de los peligros de un "creciente materialismo" que toca también a los católicos, que no encuentran tiempo para "ir a misa". "Se puede afirmar con certeza que sólo los pobres vienen con nosotros-concluye el obispo- pero esto me hace muy feliz. De hecho, como dice el Papa Francisco, pienso que la Iglesia deba ser pobre para los pobres".

Según las últimas estadísticas, los cristianos -de todas las confesiones- presentes en Mongolia representan poco más del 2% de la población, que es mayoritariamente de fe budista, mezclada con creencias chamanas de la tradición local. Queda una cuota alta de ateos, que está cerca del 40% del total. Los católicos son casi mil, pero han sabido hacer nacer y crecer con el tiempo una comunidad mediante centros de acogida para huérfanos, indeseados y ancianos, Clínicas médicas -en un país en el cual las infraestructuras sanitarias escasean- y diversas escuelas e Institutos Técnicos.

En 1992, en el momento del ingreso de los primeros misioneros extranjeros (sobre todo filipinos), entre los cuales se encontraba el actual Mons. Padilla de la Congregación del Corazón Inmaculado de María, no existían parroquias. Y el año pasado, había sólo 4 respecto a las seis de hoy en la capital, lo que confirma el camino que se ha hecho. En la carta pastoral difundida por los 20 años de la Iglesia en Mongolia, el Prefecto apostólico recordó hoy que, hay en el país 81 misioneros de 22 nacionalidades, mientras que los primeros dos seminaristas autóctonos se estaban preparando al sacerdocio en Daejeon, en Corea del Sur.

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