viernes, 2 de noviembre de 2012

Luego de la muerte ¿las almas de los difuntos van a diferentes destinos?


Gabriel González Nares - 28 octubre 2012

Arzobispo Tito Solari - mast'aku armado en altar de la Catedral valluca 

Los destinos de las almas son distintos conforme a su estado. Porque el alma libre del cuerpo está en estado de recibir bien o mal por sus merecimientos luego de las acciones en vida. De aquí que después de la muerte está en estado de recibir el premio final o en estado de quedarse sin él.

La teología cristiana cuenta con una rama llamada escatología, dedicada al estudio de las realidades últimas. La escatología enseña que, luego de la muerte, el alma intelectual se separa del cuerpo y es juzgada por Dios. Pero, ¿qué pasa después? ¿El alma sin cuerpo qué destino tiene?




Podríamos pensar que las almas van a un lugar en común por las siguientes razones:

- Si todas las almas humanas pertenecen a la misma especie, entonces debe haber un sólo destino para ellas.

- Si Dios es misericordioso y bueno, entonces perdonará a todas las almas y no habrá destino de castigo.

- Si habrá un juicio final, como dice el Apocalipsis, entonces las almas van a un destino común antes de este juicio.

Sin embargo, Dios en su justicia respeta los actos libres de las personas y los juzga según el acatamiento de la Leyes dispuestas para la perfección, por tanto, Dios juzga los actos en tanto que el que los haya obrado sea responsable en libertad. Recordemos que Dios es justo por su perfección intelectual, por lo que a cada alma asigna un premio o castigo según las leyes divinas dadas.

Por otra parte, “los destinos de las almas son distintos conforme a su estado. Por que el alma, unida al cuerpo mortal, está en estado de merecer; pero libre del cuerpo, en estado de recibir bien o mal por sus merecimientos; de aquí que después de la muerte está en estado de recibir el premio final o en estado de quedarse sin él.” (S.Th. Supl. q.69 art.7 Resp. Gral.)

¿Cuáles son los destinos?
“Si está (el alma) en estado de recibir la retribución final, puede estarlo de dos maneras: o con relación al bien, y así hay paraíso; o con relación al mal, y así, por razón de culpa actual hay infierno; (…) Mas, si (el alma) está en estado que le impide alcanzar el estado de retribución final, puede ser o por deficiencia de la persona, y así hay purgatorio, en que son retenidas todas las almas, para que no consigan inmediatamente el premio, por los pecados que cometieron; o por deficiencia de la naturaleza, y así hay un limbo de los patriarcas , en que estaban detenidos los patriarcas sin poder alcanzar la gloria por el reato de la naturaleza humana, que todavía no estaba expiado. ” (S.Th. Supl. q.69 art.7 Resp. Gral.)

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