miércoles, 28 de noviembre de 2012

"¿Cómo hablar de Dios en nuestro tiempo?"


28-11-2012 L’Osservatore Romano

Acceso a los fármacos y a las terapias eficaces para los enfermos de Sida: fue la petición del Papa durante la audiencia general del miércoles, 28 de noviembre. A los numerosos fieles reunidos en el Aula Pablo VI el Pontífice recordó que el 1 de diciembre es la Jornada mundial convocada por las Naciones Unidas "para llamar la atención sobre una enfermedad que ha causado millones de muertos y trágicos sufrimientos humanos, acentuados en las regiones más pobres el mundo que con gran dificultad pueden acceder a fármacos eficaces". Por ello el aliento del Papa a las "numerosas iniciativas que, en el ámbito de la misión eclesial, se promueven para derrotar este flagelo", y su pensamiento especial a los muchísimos niños "que cada año contraen el virus de sus propias madres, a pesar de que existan terapias para impedirlo".

Antes su llamamiento, Benedicto XVI dedicó la audiencia al tema de la comunicación de la fe. "¿Cómo hablar de Dios en nuestro tiempo?", fue "el interrogante central" de su catequesis. "Podemos hablar de Dios —respondió— porque Dios ha hablado con nosotros". En efecto, Él "no es una hipótesis lejana de los orígenes del mundo" o "una inteligencia matemática muy remota respecto a nosotros", sino que "se interesa por nosotros" y "nos ama".

Así que hablar de Él quiere decir "llevar a los hombres y a las mujeres de nuestro tiempo no un Dios abstracto, una hipótesis, sino un Dios concreto, que ha entrado en la historia y está presente en la historia". Por eso el Papa recomienda "recuperar sencillez, volver a lo esencial del anuncio". El modelo sigue siendo san Pablo, quien no comunica una filosofía, sino una realidad que ha pasado a formar parte de su vida; y lo hace no para "crearse un grupo de admiradores", sino para ganar a las personas para el Dios "verdadero y real".

Del Santo Padre también una invitación a considerar la familia como "lugar privilegiado para hablar de Dios" y para comunicar la fe con "la tonalidad de la alegría".

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