Lectura
del santo evangelio según san Marcos 4,26-34
“En aquel
tiempo, dijo Jesús a la gente: El reino de Dios se parece a un hombre que echa
simiente en la tierra. Él duerme de noche y se levanta de mañana; la semilla
germina y va creciendo, sin que él sepa cómo. La tierra va produciendo la
cosecha ella sola: primero los tallos, luego la espiga, después el grano.
Cuando el grano está a punto, se mete la hoz, porque ha llegado la siega.
Dijo
también: ¿Con qué podemos comparar el reino de Dios? ¿Qué parábola usaremos?
Con un grano de mostaza: al sembrarlo en la tierra es la semilla más pequeña,
pero después brota, se hace más alta que las demás hortalizas y echa ramas tan
grandes que los pájaros pueden cobijarse y anidar en ellas. Con muchas
parábolas parecidas les exponía la palabra, acomodándose a su entender. Todo se
lo exponía con parábolas, pero a sus discípulos se lo explicaba todo en
privado”.
Reflexión
del Evangelio de hoy
Aviva el
fuego de la gracia de Dios
Todos los
cristianos, incluso todos los reconocidos como santos, estamos atravesados por
la formaleza y la debilidad. Y hay momentos en los que la debilidad prevalece
en nuestro estado de ánimo. Un ejemplo de ello, lo tenemos en San Timoteo,
“hijo querido” de Pablo. ¿Qué hace San Pablo para animar a Timoteo? Le habla al
corazón y la habla a la inteligencia. Hablándole al corazón, con expresiva
ternura, le dice: “tengo siempre tu nombre en mis labios cuando rezo, de noche
y de día. Cuando me acuerdo de tus lágrimas, ansío verte para llenarme de
alegría”, y le recuerda la fe de su madre y de su abuela. También le habla a su
inteligencia, dándoles razones para que recupere fuerzas y “avive el fuego de
la gracia de Dios que recibiste cuando te impuse las manos”. Para ello,
nada mejor que acudir a Jesús: “acuérdate de Jesucristo” y de todo lo que ha
hecho contigo y con todos sus seguidores. Acuérdate que te llamó a ser su amigo
y te demostró su gran amor, acuérdate que siempre camina a tu lado, acuérdate
que llenó tu vida de su luz ante los grandes interrogantes humanos, acuérdate
de que al final de tu vida te estará esperando para invitarte al banquete
eterno de su amor… Haciendo memoria de Jesucristo, Timoteo, recuperó el buen
ánimo y “soportó los trabajos por la causa del Evangelio”,
Salió a
sembrar un sembrador
A Pablo,
a Tito, a Timoteo... a todos los cristianos, cada uno desde su situación, nos
tocan tres cosas. Primera, predicar el evangelio, es decir, sembrar la semilla
de la Palabra de Dios allí donde estemos. Segunda, hacer que germine y dé fruto
en nuestra propia persona. Tercera, ayudar a otras personas a que acojan bien,
sean buena tierra, a Jesús y su evangelio. No olvidando nunca que “Pablo
plantó, Apolo regó, pero el que da el crecimiento es Dios”.
Nunca
hemos de olvidar, en la tarea de predicar el evangelio, de sembrar la buena
semilla del evangelio, lo que nos corresponde a cada uno. Pero siempre lo hemos
de hacer sabiendo que es el gran regalo que podemos oferecer a nuestros oyentes,
porque acoger a Jesús y su evangelio es la mejor manera de vivir nuestra vida
humana y encontrar la alegría, el sentido y la esperanza que todos anhelamos.
Fray Manuel Santos Sánchez
Convento de Santo Domingo (Oviedo)
Convento de Santo Domingo (Oviedo)
https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/26-1-2019/
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