Lectura
del santo evangelio según san Marcos 2,23-28
Un
sábado, atravesaba el Señor un sembrado; mientras andaban, los discípulos iban
arrancando espigas.
Los
fariseos le dijeron: «Oye, ¿por qué hacen en sábado lo que no está permitido?»
Él les respondió: «¿No habéis leído nunca lo que hizo David, cuando él y sus
hombres se vieron faltos y con hambre? Entró en la casa de Dios, en tiempo del
sumo sacerdote Abiatar, comió de los panes presentados, que sólo pueden comer
los sacerdotes, y les dio también a sus compañeros.» Y añadió: «El sábado se
hizo para el hombre y no el hombre para el sábado; así que el Hijo del hombre
es señor también del sábado.»
Reflexión
del Evangelio de hoy
Dios no
es injusto para olvidar vuestra obra y el trabajo de amor que habéis mostrado
hacia su nombre
La
Palabra de Dios quiere hoy por un lado animarnos y exhortarnos en la
perseverancia de la fe (lectura de la carta a los Hebreos). Y, por otro
lado, quiere advertirnos del lugar que debe ocupar la ley en nuestras vidas.
En la
carta a los Hebreos se nos dice que Dios no se olvida de nosotros, que nos
tiene presentes en las situaciones difíciles por las que pasamos a lo largo de
nuestras vidas, y que, a pesar de esas dificultades, sabe valorar nuestra entrega
y nuestro amor. Es una invitación a recobrar el ánimo y la fuerza, pues nos
refugiamos en Él.
¡Cuántas
veces nos quejamos y desalentamos ante las dificultades de la vida, ante la
incomprensión de nuestro mundo o el rechazo y la crítica despiadada!. Qué
difícil nos resulta en esas circunstancias tener fijos nuestros ojos en quien
mantiene nuestra fe. Tenemos que aprender a dejarnos confortar por Cristo.
Todos necesitamos que se nos anime en nuestro camino de fe. No se trata de
creernos mejores que nadie, pero sí necesitamos esos ánimos en las dificultades
para no caer en el desánimo y la desesperanza. En esta sociedad que nos ha
tocado evangelizar, donde todo lo cristiano parece que molesta, nos viene muy
bien escuchar estas palabras de esperanza y fortaleza que nos vienen de Dios y
recordar el ejemplo de los que nos han precedido y han sido fieles en medio de
las dificultades y persecuciones.
El sábado
se hizo para el hombre y no el hombre para el sábado
El
evangelio nos sitúa frente a una de las instituciones más fuertes de Israel, el
sábado. No son pocos los enfrentamientos que los evangelios nos narran entre
Jesús y los judíos, precisamente por no saber ubicar la ley en la vida. La ley
no es mala, es necesaria, son las señales que nos indican el camino para llevar
a la práctica el amor. Qué sería de nuestro mundo y de nuestra sociedad si no
tuviéramos leyes. Pero no podemos olvidarnos de que la ley se hace para ayudar
al hombre, y no para esclavizarlo. No podemos caer exhaustos por el peso de la
ley, como hicieron los judíos y tanta veces nosotros; tenemos que aprender a
armonizar en nuestras vidas las leyes con el amor. Jesús nos pide que
seamos capaces de poner como centro y sustento de nuestra vida a Dios y a la
persona, y no nuestras leyes. No es fácil poder armonizar ambas cosas, pero ese
es precisamente nuestro camino, nuestro aliciente y nuestro aporte a esta
sociedad.
En estos
momentos por los que atravesamos, donde tanto se cuestionan las leyes, ¿cómo
vivimos nosotros nuestra obediencia a los mandamientos?
¿Cómo
guardamos el equilibrio entre la ley y el amor?
¿Cómo
presentamos a nuestra sociedad el plan de Dios?
¿Cómo
podremos construir la civilización del Amor?
Monjas Dominicas Contemplativas
Monasterio Santa María de Gracia-Casa Federal, Córdoba
Monasterio Santa María de Gracia-Casa Federal, Córdoba
https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/hoy/
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