Alejarse
del mal, aprender a hacer el bien y dejarse llevar adelante por el Señor es el
camino de conversión cuaresmal, dijo el Papa Francisco en su homilía de la
Santa Misa celebrada esta semana, en la Residencia Santa Marta. Y precisó que
“Convertirse no es ir donde una hada que con la varita mágica nos convierte,
sino que se manifiesta en cosas concretas”.
El
Santo Padre reflexionó acerca de las palabras del profeta Isaías en la Primera
Lectura del día. “Cada uno de nosotros, cada día, hace algo malo”, y por eso
dijo es necesario “no acostumbrarse a vivir en medio de las cosas malas” y
alejarse de lo que “envenena el alma” y la hace pequeña, y aprender a hacer el
bien. Asimismo, dijo que debemos aprender a hacer el bien. “Y Él nos enseña.
Pero aprendan. Como los niños. En el camino de la vida, de la vida cristiana,
se aprende todos los días. Se debe aprender todos los días a hacer algo, a ser
mejores que el día anterior. Aprender”, dijo.
“Alejarse
del mal y aprender a hacer el bien: esta es la regla de la conversión (…). Por
tanto es necesario coraje para alejarse y humildad para aprender a hacer el
bien, que se ejerce con hechos concretos: Él, el Señor, aquí dice tres cosas
concretas, aunque hay tantas otras: busquen la justicia, socorran al oprimido,
hagan justicia al huérfano, defiendan la causa de la viuda… Cosas concretas. Se
aprende a hacer el bien con cosas concretas, no con palabras, con hechos”,
señaló.
El
Santo Padre dijo que este es el camino de la conversión cuaresmal. “Es un Padre
que habla, es un Padre que nos quiere, nos quiere mucho. Y nos acompaña en este
camino de conversión. Sólo nos pide que seamos humildes”, afirmó.
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