viernes, 20 de mayo de 2016

Hermanas Misioneras Dominicas de San Sixto [Bodas de Plata]

Con gran alegría y gratitud al Señor, las Hermanas Misioneras Dominicas de San Sixto celebraron 25 años de su presencia y servicio evangelizador en la Arquidiócesis de Piura. La Santa Misa de Acción de Gracias fue presidida por Monseñor José Antonio Eguren Anselmi, en la Parroquia “San Lorenzo Mártir” de Cruceta – Sullana y concelebrada por los sacerdotes Tito Zapata Olivares, Párroco de Tambogrande y José Benjamín Dediós Morán, Párroco de Las Lomas. También estuvieron presentes Sor María Inés Flores, Superiora del Convento “San Martín de Porres” de Cruceta y numerosas religiosas de la congregación procedentes de diversos lugares. 

En su homilía, el Arzobispo resaltó la alegría que significa cumplir 25 años al servicio de la misión evangelizadora de la Iglesia. “El hoy es fruto de la fe de hombres y mujeres que en su momento supieron ser dóciles a la voluntad de Dios y se entregaron con generosidad a realizar el plan divino. Ello ha hecho posible que 25 años después estemos aquí elevando esta acción de gracias por las bodas de plata de las Hermanas Misioneras Dominicas de San Sixto, recordando la llegada de las primeras dos misioneras a Cruceta. Sor María Concetta y Sor María Sixtina abrieron esta comunidad que a lo largo de los años ha sido fuente de muchas vocaciones, demostrando así que nuestra tierra es fecunda en jóvenes dispuestas a dar un sí generoso a Cristo”, dijo.


Monseñor José Antonio Eguren agregó que la celebración de un Jubileo supone una mirada retrospectiva y una acción de gracias, pero también supone renovar la total entrega que han hecho de sí mismas al Señor en el carisma con el que Él las ha bendecido, el cual se centra en la acción evangelizadora. “Nuestra profunda gratitud por el trabajo fecundo que las hermanas misioneras han venido realizando a través de estos años, una labor apostólica abocada a la juventud a través de la pastoral y la enseñanza del curso de religión en el colegio, colaborando con las diversas iniciativas pastorales arquidiocesanas y parroquiales (…)”, señaló.

Finalmente, el Arzobispo dijo que “Jesús es la verdad y revela plenamente el misterio de Dios y de la persona humana”. “Jesús es el rostro humano de Dios que nos libera de la mentira y del pecado.

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