Lectura
del santo evangelio según san Marcos 9,38-40
En aquel
tiempo, dijo Juan a Jesús: «Maestro, hemos visto a uno que echaba demonios en
tu nombre, y se lo hemos querido impedir, porque no es de los nuestros.»
Jesús respondió: «No se lo impidáis, porque uno que hace milagros en mi nombre no puede luego hablar mal de mí. El que no está contra nosotros está a favor nuestro.»
Jesús respondió: «No se lo impidáis, porque uno que hace milagros en mi nombre no puede luego hablar mal de mí. El que no está contra nosotros está a favor nuestro.»
Reflexión
del Evangelio de hoy
Los que
aman la Sabiduría, aman la vida
La
primera lectura de la Eucaristía nos adentra en una nueva sección del libro del
Eclesiástico, introducida por un elogio de la Sabiduría. En él se nos presenta
a la Sabiduria de forma personificada como una madre que instruye y estimula.
En la
primera parte se nos dice de ella que son muchos los beneficios que se otorgan
a quienes la aman, buscan, alcanzan o retienen: por un lado amor a la vida y
por otro el favor, la gloria, la bendición y el amor del Señor.
En la
segunda, ella misma toma la palabra y se dirige al lector colocándole ante un
doble camino: quien se deja guiar por la Sabiduría, la escucha y se entrega a
ella, vive bajo su protección, comprende sus secretos, además de aprender
a juzgar rectamente, aunque tenga que pasar por la prueba; pero el que se
desvía de ella, pierde su protección y se halla abocado a la ruina.
A través
de la lectura nos sentimos invitados a descubrir esta Sabiduría en nuestras
vidas como un tesoro que hay que buscar, anhelar, amar y acoger porque ella nos
conduce por caminos de vida y de bendición y nos entrega la visión de lo
que es importante en la vida, lo que vale la pena; sólo guiados por ella,
podemos caminar orientados, libres, seguros y confiados.
El que no
está contra nosotros, está a favor nuestro
En el
Evangelio de hoy, Jesús, de forma pedagógica nos muestra algunas actitudes, que
se nos pueden colar en la misión de cada día: la tendencia, a veces, a querer
monopolizar las “buenas acciones”; el pensar que nosotros hacemos las cosas
mejor que los demás; creer que otros grupos o personas no tienen nada que
enseñarnos y nosotros nada que aprender; pensar que el hecho de pertenecer a un
determinado grupo nos da la garantía de poseer la verdad, aun siendo
conscientes de cuántas tonterías y barbaridades a veces hacemos y justificamos
en nombre del Evangelio.
El texto
nos ofrece claves de discernimiento a la hora de juzgar y valorar tantas
acciones buenas que se realizan en nuestro mundo, sin siglas de partidos o
grupos, sin etiquetas; o al menos sin la nuestra.
Porque al
final ¿De qué se trata la misión? ¿Qué fue lo importante para Jesús? Desde
luego, su centro fue hacer posible la mesa del Reino, la experiencia de la
fraternidad universal como experiencia de comunión en torno a la mesa
compartida: mesa de la igualdad, de la justicia, de la amistad, de la reconciliación.
La Iglesia, las instituciones religiosas, no existen para ellas mismas. Su
objetivo no es perdurar en el tiempo, sino colaborar en el proyecto de Jesús,
del cual nadie puede apropiarse.
Todo
exclusivismo y particularismos no dejan de ser un antitestimonio y
desfiguración del Evangelio que nos convoca siempre al encuentro.
Por eso,
más que buscar lo que nos separa, Jesús nos invita hoy a buscar los lugares
comunes que posibilitan la comunión: y hacer el bien, es el lugar común de
encuentro para la humanidad, ya que todos, creados a imagen y semejanza del
Dios amor, llevamos inscrito en nuestro interior, la capacidad de bien.
¡Alegrémonos entonces con ello, venga de donde venga!
Hna. María Ferrández Palencia, OP
Congregación Romana de Santo Domingo
Congregación Romana de Santo Domingo
https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/27-2-2019/
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