lunes, 16 de noviembre de 2020

Mensaje del Presidente de la Conferencia Episcopal Peruana frente a la movilización social de los últimos días.

Estimados hermanos, hermanas y muy estimados jóvenes:

El Perú en estos momentos está inmerso en una grave crisis política, institucional y sanitaria. Estamos todos en una misma barca como en un mar agitado con grandes olas y necesitamos que Dios nos ilumine en estos momentos cruciales de nuestra historia.

 

A partir del pronunciamiento de la Conferencia Episcopal Peruana, deseo subrayar lo siguiente:

 

1.- Cada día la desconfianza, incertidumbre e inseguridad que sufre nuestra población, dañan irreversiblemente el progreso del Perú. Se necesita una ruta clara para salir de esta crisis. Es esencial escuchar y atender los gritos y el clamor de la población, para recuperar la confianza, la tranquilidad y la paz social. Por eso es fundamental el esfuerzo para un profundo y amplio “dialogo social” que busque soluciones alternativas a la confrontación y al conflicto.

 

2. Todos los peruanos estamos llamados a cuidar y velar por el orden Constitucional. En este sentido el Tribunal Constitucional en la brevedad posible debe pronunciarse con claridad y contundencia sobre la legalidad de lo decidido por el Congreso de la República.

 

3. Tenemos también que custodiar el orden Institucional, garantizando el respeto de las normas y la independencia de poderes, para que estas instituciones puedan ser fieles al cumplimiento de su misión y podamos llevar en paz y estabilidad el impostergable proceso electoral de abril del próximo año. En este contexto, es urgente continuar y promover la lucha contra todos los rostros de la corrupción. Me permito recordar un adagio latino “cuida el orden y el orden cuidará de Ti”.

 

4. Las autoridades están llamadas a servir a la población que las eligió; esto implica por un lado, garantizar el derecho constitucional a la libertad de expresión de la población; y por otro lado, este derecho debe manifestarse de manera pacífica y proactiva.

 

5. Ciertamente, esta crisis no debe llevarnos a empobrecer cada vez más a nuestra querida patria, donde los más afectados son los niños, los más pobres y vulnerables. El bien común debe ser siempre nuestra opción prioritaria.

 

6. También las autoridades están llamadas a promover la calidad académica y educativa de nuestros niños, niñas y jóvenes, donde los estándares de exigencia deben ser cada vez mayores. Necesitamos alta calidad del servicio educativo nacional.

 

7. Queridos hermanos, no nos dejemos robar la esperanza de forjar una gran nación.

Que Dios bendiga al Perú.

 

Conferencia Episcopal Peruana 

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