Nota de
Prensa Nº 006-2013
Con la esperanza de la gozosa Resurrección, la
Conferencia Episcopal Peruana comunica a todos los hombres y mujeres de buena
voluntad el sensible fallecimiento del Excelentísimo Monseñor Julio Ojeda
Pascual, OFM., Vicario Apostólico Emérito de San Ramón (Perú), a la edad de 81
años, quien entregó su alma al Creador, la noche de ayer, en la
enfermería de los Padres Descalzos de Rímac.
Sus restos son velados en la Iglesia Nuestra Señora
de los Ángeles del Convento de los Descalzos y las exequias se celebrarán
mañana, martes 30 de abril a las 3:00 de la tarde.
Será inhumado en la Catedral de San Ramón el jueves
2 de mayo, a las 11:00 de la mañana.
Monseñor Julio Ojeda, fue Vicario Apostólico de San
Ramón de 1987 hasta 2003.
Nació en tierras de Monasterio
de Rodilla, provincia de Burgos, España, un 12 de abril de 1932. Al terminar
sus estudios de primaria quiso ser religioso franciscano, sacerdote y misionero
en el Perú e ingresó en el colegio Seráfico de Anguciana. Allí afianzó sus
estudios y su vocación y vino al Colegio Seráfico del Callao, donde cursó los
estudios medios y clásicos.
En Santa María de los Ángeles,
Lima, vistió el hábito el 22 de abril de 1948, hizo el noviciado y profesó de
votos simples el 25 de abril de 1949. Subió al convento de Ocopa, donde termina
sus estudios clásicos, filosóficos y teológicos. Da el sí definitivo a Dios y a
la orden profesando de votos solemnes el 14 de octubre de 1953. Se entrega a su
formación sacerdotal y misionera. El 6 de enero de 1957, el entonces Monseñor
Juan Landázuri Ricketts, lo ordena sacerdote en Ocopa.
El 31 de marzo de 1987,
Monseñor Julio Ojeda Pascual, OFM., fue preconizado Obispo Vicario del
Vicariato Apostólico de San Ramón y el 5 de julio recibe la Ordenación
Episcopal en la Catedral de San Ramón de manos de Su Eminencia, Cardenal Juan
Landázuri Ricketts y toma posesión de la sede.
Asumió su papel en condiciones
difíciles. Fue testigo de momentos dolorosos del Pueblo de Dios. Con prudencia
y tolerancia, supo ir entrando en la dinámica de una vida y acción misionera
que exigía en esos momentos personal y ayuda. Durante su gestión se reorganizó
el servicio de Caritas; apoyó el trabajo pastoral de formación de catequistas y
profesores de Educación Religiosa; promovió la Infancia Misionera y la Pastoral
Juvenil. Ordenó varios sacerdotes diocesanos y reforzó la promoción vocacional.
En el 2003, el entonces Papa Juan Pablo II acepta
su renuncia por límite de edad y es sucedido en el cargo por Monseñor Antonio
Zerdín, OFM.
En el 2004, en el marco de la
83ª Asamblea Plenaria del Episcopado, los Obispos del Perú le entregaron la
Medalla de Santo Toribio de Mogrovejo, por su contribución al enriquecimiento
de la fe del pueblo peruano.
Posteriormente, en el 2007, en
la 89ª Asamblea de los Obispos del Perú, se le entrega nuevamente, la Medalla
de Santo Toribio de Mogrovejo, al conmemorar ese año, sus Bodas de Oro
sacerdotales.
Con el ruego de su difusión,
Oficina de prensa
Lima, 29 de abril de 2013
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