Lectura del santo Evangelio según san Mateo
10, 26-33
En
aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«No
tengáis miedo a los hombres, porque nada hay encubierto, que no llegue a
descubrirse; ni nada hay escondido, que no llegue a saberse.
Lo
que os digo en la oscuridad, decidlo a la luz, y lo que os digo al oído,
pregonadlo desde la azotea.
No
tengáis miedo a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma. No;
temed al que puede llevar a la perdición alma y cuerpo en la “gehenna”. ¿No se
venden un par de gorriones por un céntimo? Y, sin embargo, ni uno solo cae al
suelo sin que lo disponga vuestro Padre. Pues vosotros hasta los cabellos de la
cabeza tenéis contados. Por eso, no tengáis miedo: valéis más vosotros que
muchos gorriones.
A quien se declare por mí ante los hombres, yo también me declararé por él ante mi Padre que está en los cielos. Y si uno me niega ante los hombres, yo también lo negaré ante mi Padre que está en los cielos».
Pautas para la homilía
Para
entender el texto que nos presenta este domingo el evangelio es importante que
nos situemos en el contexto histórico en el que se desarrolla la acción: Jesús
no quería que sus discípulos se hicieran falsas esperanzas y les deja claro que
ellos podrían seguir la misma suerte que le iba a tocar a Él, por eso les dice
que en algún momento alguien les rechazará, maltratará, insultará o condenará.
¿Qué es lo que hay que hacer? “No tengáis miedo”. Y a partir de ahí se centra
toda la reflexión que trasmite a sus discípulos. Porque el texto recoge las
palabras que Jesús les dirige principalmente a ellos, a aquellos que han sido
llamados por Jesús y le han seguido, esos que han escuchado sus enseñanzas y le
han seguido, a los cuales les envía ahora a la misión.
Mateo
se dirige a una comunidad misionera, que experimenta la persecución y que
necesitaba ser orientada. Por eso les ofrece esta especie de manual del
misionero cristiano. Este manual consta de una breve introducción (Mt 9, 36-38)
y dos partes:
1.-
La llamada y el envío de los discípulos (Mt 10, 1-15) y 2.- una serie de
instrucciones sobre el destino que les aguarda (Mt 10,16-42). Terminará la
composición con un breve sumario a modo de conclusión y transición (Mt 11,19).
Centrándonos
en el texto que nos presenta el evangelio en este domingo Jesús transmite a sus
discípulos confianza y valor en la persecución. Parece que estas palabras
de Jesús, aunque estaban unidas a la tradición, son propias de Mateo, que
utiliza la expresión “no tengáis miedo” en tres ocasiones (Mt 10, 26.28.31).
Son palabras de consuelo que Jesús dirige a sus discípulos para que superen el
miedo y la angustia que trae consigo la persecución. A cada expresión a “no
tener miedo” le acompaña una motivación para superar ese miedo. Veamos cuáles
son esas motivaciones:
1ª Motivación: Mt 10, 26-27: “No hay nada
encubierto que no llegue a ser descubierto, ni oculto que no llegue a
saberse,…,“
Jesús
les dice que el miedo no debe impedir la proclamación del mensaje que Jesús les
ha encargado anunciar y que ese mensaje, al final, acabará siendo conocido.
¿Cómo
podemos aplicar esta motivación en nuestra vida? Si hay una injusticia, una
maldad que nos han hecho…, y que no logramos hacer justicia en esta vida, Jesús
nos dirá que no perdamos la calma, que Dios es el justo juez y que Él sabrá
hacer justicia.
2ª Motivación: Mt 10, 28:“No temáis a los
que pueden matar el cuerpo, pero no pueden matar el alma, temed más bien a
Aquel…”.
Aquí
les está trasmitiendo Jesús la confianza en Dios frente a las afrentas que
pueden ocasionar los hombres; al final, hay un Juez que nos va a juzgar a todos
en función de nuestras obras.
Ante
una calumnia, una difamación, una afrenta que suframos…, muchas veces nos duele
perder nuestra imagen, nuestra buena fama, quedar mal ante los demás,… Jesús
nos dice que eso no nos preocupe, que no nos preocupemos por aquellos que nos
pueden destruir nuestra alma, que nos preocupemos más bien de aquello que nos
puede alejar de Dios.
3ª Motivación: Mt 10, 29-31: “Vosotros valéis
más que muchos pajarillos”. Es decir, Jesús está transmitiendo la confianza que
los discípulos tienen que tener en Él, pues si para Dios todas las cosas son
importantes, mucho más los hombres. Para ello Jesús recurre a una comparación:
si el Padre cuida hasta de los pájaros más pequeños e insignificantes y
tiene contados hasta cada uno de nuestros cabellos, ¿cómo no va a ocuparse de
ellos que son sus hijos queridos?, por eso les dice: “no temáis, vosotros
valéis mucho más que muchos pajarillos”(Mt 10, 31).
Trasladando
esta motivación a nuestro momento actual, si alguien habla mal de ti, si
alguien te calumnia, si alguien te destruye con sus comentarios,.., que lo
único que nos interese sea ¿y qué opina Dios de mí?, y yo, ¿cómo estoy ante
Él?. Por eso Dios dice: no temas, porque yo te conozco, no temas porque yo
sabré recompensarte.
El
texto termina con unas palabras que retoman todo el tema del juicio (Mt 10,
32-33) diciendo que los discípulos que hayan sabido dar testimonio en los
momentos difíciles de persecución Jesús dará testimonio en favor suyo ante
Dios, pero aquellos que hayan sucumbido al miedo y le hayan negado, Jesús le
negará también delante de Dios.
“No
tengáis miedo” son palabras de Jesús que se repiten una y otra vez a lo largo
de los evangelios. Las palabras que más se deberían repetir también hoy en la
Iglesia. Es cierto que la vida está llena de experiencias negativas y que la fe
no ofrece recetas mágicas para resolver los problemas, pero también es verdad
que la fe en Dios, a muchas personas, en muchos momentos difíciles de su vida,
les ha ayudado a saber sobrellevar esas situaciones, esos miedos, esas
dificultades, esas incertidumbres…, porque han escuchado a ese Dios y se han
fiado de Él cuando nos invita a “no tener miedo”, porque esta fe en Dios no
lleva a la evasión o la pasividad sino que nos trasmite coraje para tomar
decisiones y asumir responsabilidades. Como dice José Antonio Pagola: “Esta fe
en Dios nos conduce a afrontar riesgos y a aceptar sacrificios. Lo propio del
verdadero creyente no es la cobardía y la resignación, sino la audacia y la
creatividad”.
Fr. Luis Martín
Figuero O.P.
Comunidad Virgen de la Vega. Babilafuente (Salamanca)
Comunidad Virgen de la Vega. Babilafuente (Salamanca)
No hay comentarios:
Publicar un comentario