Con
una fe inquebrantable y meditando cada una de las 14 estaciones, miles de
fieles de la Arquidiócesis de Trujillo, acompañaron el solemne Vía Crucis
Arquidiocesano con la venerada imagen del Señor de los Milagros, por el
perímetro de la Plaza de Armas de la ciudad.
Dirigiendo
su mirada al Cristo Crucificado, el Arzobispo de Trujillo, Monseñor Miguel
Cabrejos Vidarte OFM., inició este recorrido penitencial, elevando una plegaria
al Señor por todos los fallecidos que han dejado los desastres naturales, así
como por los damnificados y afectados en todo el país. Igualmente, pidió al
Señor que fortalezca, ilumine, despierte la sabiduría y la sensibilidad, para
seguir trabajando y ayudando. “Todos tenemos una obligación, la de reconstruir
nuestras ciudades, ya que no solamente es Trujillo, sino varias del norte del
Perú”, dijo.
Junto
a las demás autoridades, sacerdotes, religiosos, religiosas, seminaristas y
fieles, el Arzobispo encabezó la vía dolorosa del Señor de los Milagros,
rodeado por un centenar de sahumadoras y cuadrillas del Cristo Moreno. Con
cánticos penitenciales y oraciones hacia el Señor, se contempló cada una de las
14 estaciones, representadas en altares, que las diversas instituciones
públicas y privadas, prepararon para el paso del Señor.
La
Cuarta estación se constituyó en el momento más intenso y maternal con el
encuentro entre la Virgen María en la imagen de Nuestra Señora de Dolores deMoche y su Hijo, Jesucristo.
Como
es sabido para este Vía Crucis Arquidiocesano se acogió las palabras del Papa Francisco: “Que nuestro Señor, inspire en todos, sentimientos de solidaridad
para superar las adversidades”, dado que es un momento difícil por el que
atraviesa nuestro país, a causa de las fuertes lluvias.
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