martes, 6 de diciembre de 2011

Santa Sede: Estado-miembro de la Organización Internacional para las Migraciones


06-12-2011 Radio Vaticana

Martes, 6 dic. (RV).- La Sesión Plenaria de la Organización Internacional para las Migraciones acogió la petición de la Santa Sede como uno de sus Estados-miembro, a partir de este lunes 5 de diciembre. A diferencia del papel de observador permanente que ha caracterizado la participación del Estado Vaticano en los organismos de la comunidad internacional, en este caso, ha querido dar voz y voto a las decisiones que se tomen ante un fenómeno cada vez más creciente en el mundo globalizado.

El Arzobispo Silvano Tomasi, Observador permanente de la Santa Sede ante las oficinas de la ONU en Ginebra conversó con Alessandro Gisotti sobre la importancia que para la Iglesia representa esta nueva misión internacional.

“En este momento, mientras vemos en el mundo un continuo crecimiento de emigrantes, refugiados, de gente en movimiento por variadas motivaciones, es importante estar presentes y participar en los esfuerzos de la Comunidad internacional para aportar algo específico, que es típico de la Santa Sede: una voz ética que dé una interpretación a estas nuevas situaciones. Hay, por ejemplo, tantas personas que mueren en el intento de escapar de su país, de África del Norte hacia Europa a través del Mar Rojo hacia Yemen. Es importante, por lo tanto, que la Santa Sede haya decidido entrar a formar parte plenamente de esta organización, para justamente, subrayar su participación en este fenómeno de gran relieve, y que a pesar de la crisis económica, continuará creciendo”.


Específicamente sobre la decisión de asumir el rol de Estado-miembro, a diferencia de su participación en otros organismos internacionales, monseñor Tomasi subrayó el peso de la red de organizaciones católicas que se ocupan del fenómeno migratorio.

“Es una manera práctica para tener más voz en estas situaciones sociales donde más que la política prevalece la necesidad de afrontar las exigencias humanas de estas personas, que se encuentran en camino en varias regiones del mundo. A nivel de la Iglesia, tenemos una vasta red de organizaciones católicas y la Iglesia ya está en primer plano, involucrada en el servicio a los emigrantes. Este tipo de colaboración con las estructuras existentes de la comunidad internacional, es por lo tanto, un paso lógico y operativo que lleva a hacer el servicio todavía más eficaz”.

El tema de la emigración y sobre todo los desafíos y los sufrimientos de millones de personas están muy presentes en el Magisterio de Benedicto XVI. Sin ir muy lejos este domingo se refirió precisamente a la situación de los refugiados y los despatriados que viven el drama del desarraigo con otros dramas como la discriminación, la marginalización, la xenofobia. En fin, monseñor Tomasi reafirmó que la decisión va en sintonía con la preocupación del Papa.

“Cierto, se trata de seguir el camino indicado por el Santo Padre y por la experiencia ya secular de la Iglesia en este campo, porque las organizaciones católicas sirven verdaderamente con generosidad a todas las personas, independientemente de su fe religiosa, de su color, de su situación legal. Es la persona humana, es la dignidad de la persona la que cuenta y que con frecuencia está en riesgo precisamente en las situaciones de marginalidad que se crean en el movimiento de un país a otro, para las personas que buscan trabajo o una nueva manera de subsistir”.

RV-ATD

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