Hildegard von Binden vivió en el siglo XII. Además de monja, fue compositora, filósofa, física y ecologista. Una polifacética mujer, pionera en muchos campos durante la Edad Media.
Procedía de una familia acomodada y cuando tenía ocho años le enviaron a estudiar a un monasterio. Con el tiempo, decidió hacerse monja y más tarde se convirtió en la abadesa.
Sus visiones y profecías fueron reconocidas por el papa de aquel momento que le permitió hablar de ellas en público.
Como no ha sido canonizada oficialmente, es probable que el Papa lo haga antes de nombrarla doctora de la Iglesia en octubre.
Benedicto XVI dedicó a esta religiosa alemana varias audiencias generales. Dijo de ella que “sirvió a la Iglesia en una época en la que estaba herida por los pecados de los sacerdotes y los laicos”.
Benedicto XVI señala que: “Los cátaros -que literalmente significa "puros"-, propugnaban una reforma radical de la Iglesia, sobre todo para combatir los abusos del clero. Ella les reprendió con fuerza por querer subvertir la naturaleza misma de la Iglesia, recordándoles que una verdadera renovación de la comunidad eclesial no se consigue tanto con el cambio de las estructuras, como con un sincero espíritu de penitencia y un camino continuo de conversión. Este es un mensaje que nunca debemos olvidar".
Hasta ahora hay 33 doctores de la Iglesia y tan sólo tres de ellos son mujeres. Benedicto XVI también anunció durante la Jornada Mundial de la Juventud que nombrará doctor de la Iglesia al español San Juan de Ávila.
Con este nombramiento la Iglesia católica reconoce que la aportación a la Teología que han hecho sigue siendo actual a pesar del paso del tiempo.
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