Saludo de S. E. Mons. Claudio María Celli, con motivo del Encuentro de Responsables de Medios Católicos de Comunicación del Perú
“Las nuevas tecnologías al servicio de la Pastoral de las Comunicaciones”
Un saludo muy afectuoso en primer lugar al Excelentísimo Monseñor y amigo, Don Ricardo García, Presidente de la Comisión de Comunicación en la Conferencia Episcopal Peruana. Y saludo también a todos ustedes que desde las distintas jurisdicciones han respondido a su convocatoria para estudiar cómo se realiza el servicio a la misión de la Iglesia en el contexto de las nuevas tecnologías.
Durante estos días podrán escuchar a expertos, dialogar y compartir buenas prácticas en torno a este tema, clave para la Misión Continental que los Obispos lanzaron en Aparecida.
Yo querría únicamente recordar aquí dos textos muy iluminadores del Beato Papa Juan Pablo II y del actual Sucesor de Pedro, el Papa Benedicto XVI.
En lo que muchos consideran casi un “testamento” de Juan Pablo II, la Carta “El rápido desarrollo”, el gran Pontífice nos indica un camino que implica valentía: “El fenómeno actual de las comunicaciones sociales estimula a la Iglesia hacia una especie de revisión pastoral y cultural que le haga capaz de afrontar, de manera adecuada, el cambio de época que estamos viviendo. Son los Pastores, sobre todo, quienes deben hacerse intérpretes de esta exigencia: es importante preocuparse de que la propuesta del Evangelio se haga de modo incisivo y promueva su escucha y acogida” (n. 8). El Documento de Aparecida se mueve en la misma dirección cuando invita a la Iglesia a una conversión pastoral, es decir, de sus estructuras, además de sus personas e instituciones, en orden a la misión.
También el Papa Benedicto XVI ha impulsado hacia delante de manera decidida la reflexión y el ejercicio comunicativo de la Iglesia. Y nos invita a entrar sin miedo en esta nueva cultura, comunicando según el modo de Cristo: con respeto, en actitud de diálogo, de servicio, de amistad. Tres ejes sencillos y a la vez exigentes, que ningún miembro de la Iglesia puede olvidar. Recordémoslo siempre al escribir titulares, comentarios a las noticias o en las redes sociales. Un discípulo de Jesucristo no es nunca insultante, ni prepotente, ni desprecia a su interlocutor. Nuestro modo de anunciar, de comentar, de denunciar incluso, debe caracterizarse por la verdad, la cortesía y el respeto a la dignidad de los hijos de Dios que tiene cada persona. (Cf. Mensaje para la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales 2009).
Perú es un país joven. Y la mayoría de ustedes son jóvenes, así que les están destinadas las palabras del Papa Benedicto en ese mismo mensaje: A vosotros, jóvenes, que casi espontáneamente os sentís en sintonía con estos nuevos medios de comunicación, os corresponde de manera particular la tarea de evangelizar este "continente digital". Haceos cargo con entusiasmo del anuncio del Evangelio a vuestros coetáneos. Vosotros conocéis sus temores y sus esperanzas, sus entusiasmos y sus desilusiones. El don más valioso que les podéis ofrecer es compartir con ellos la "buena noticia" de un Dios que se hizo hombre, padeció, murió y resucitó para salvar a la humanidad.” (Id.)
No me queda más que desearles un buen trabajo y buen encuentro. No olviden que una parte importantísima del éxito de sus iniciativas estará en que, conociéndose y apreciándose mutuamente, empiecen a trabajar en red, se ayuden unos a otros, compartan lo propio en una mesa común que ayude a todos, en particular a quienes menos tienen. Que Dios los bendiga.
Mons. Claudio María Celli
Intervención de la Dra. Leticia Soberón: "La comunicación eclesial en la cultura digital".
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