Lectura
del santo evangelio según san Lucas 4,38-44
En aquel
tiempo, al salir Jesús de la sinagoga, entró en casa de Simón. La suegra de
Simón estaba con fiebre muy alta y le pidieron que hiciera algo por ella. Él,
de pie a su lado, increpó a la fiebre, y se le pasó; ella, levantándose en
seguida, se puso a servirles. Al ponerse el sol, los que tenían enfermos con el
mal que fuera se los llevaban; y él, poniendo las manos sobre cada uno, los iba
curando.
De muchos de ellos salían también demonios, que gritaban: «Tú
eres el Hijo de
Dios.»De muchos de ellos salían también demonios, que gritaban: «Tú
Los increpaba y no les dejaba hablar, porque sabían que él era el Mesías. Al hacerse de día, salió a un lugar solitario. La gente lo andaba buscando; dieron con él e intentaban retenerlo para que no se les fuese.
Pero él
les dijo: «También a los otros pueblos tengo que anunciarles el reino de Dios,
para eso me han enviado.»
Y
predicaba en las sinagogas de Judea.
Reflexión
del Evangelio de hoy
A los
santos que viven en Colosas
La
evangelización de Colosas, no fue llevada a cabo por Pablo, sino que confió esa
misión a Epafras, uno de sus discípulos, que era natural de allí (1, 7; 4, 12).
Mientras el Apóstol se encontraba prisionero en Roma, recibió la visita de
Epafras, quién le hizo saber el grave peligro que amenazaba a aquella
comunidad. Entre los años 61 al 63 Pablo escribe esta carta cuyo comienzo leemos
hoy.
A
semejanza de otras cartas paulinas, el encabezamiento sigue un esquema muy
similar: indicación del emisor en tercera persona, a quienes va dirigida la
epístola y los buenos deseos para la comunidad. Pablo se presenta como apóstol
y no hace alusión todavía a su situación de prisionero (1,24; 4,3).
En esta
ocasión, tiene como colaborador a Timoteo, discípulo fiel, a quien se menciona
también en el encabezamiento de otras cinco cartas (2 Cor; Flp; 1 y 2 Tim;
Flm). A diferencia de la mayoría de las epístolas, donde se señala en la
introducción algunos de los temas fundamentales que se desarrollan más tarde,
ésta no contiene más que una alusión a lo que constituirá el tema principal de
Colosenses: la primacía de Cristo sobre todos los órdenes.
Nuestra
epístola comienza, como muchas de las cartas de la antigüedad, con una acción
de gracias con la que se mezclan oraciones de petición. La carta a los
Colosenses es una invitación continua a la acción de gracias con la certeza de
que Cristo está presente en medio de su comunidad, y en la que hace referencia
a tres elementos esenciales de la vida cristiana: la fe en Cristo Jesús, el
amor por los santos, y la esperanza que nos aguarda en los cielos.
La acción
de gracias de Pablo se nutre de una visión optimista sobre el progreso del
Evangelio en el mundo. Los verbos “crecer” y “dar fruto” en relación a la
Palabra evoca la explicación de la Parábola de la semilla en los Evangelios
sinópticos (Mc 4, 1-20 y par.). La semilla ha dado su fruto y continúa
extendiéndose por todos los lugares. Pablo también habla en esta
introducción de la presencia del Espíritu como fuente de amor entre los
creyentes, así, la acción de gracias con que se abre Colosenses adquiere un
colorido trinitario: damos gracias a Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo,
por los progresos del Evangelio, que se manifiestan en una vida de mutua amor
con el impulso del Espíritu Santo.
También a
los otros pueblos tengo que anunciarles el Reino de Dios
El
evangelio de hoy nos sitúa en la ciudad de Cafarnaúm, donde Jesús va a realizar
una de las dos acciones principales a través de las cuales hace visible su
proyecto liberador: enseñar y curar. El Señor ha salido de la sinagoga dejando
asombrados a sus contemporáneos por su enseñanza y su autoridad; ahora, se
dirige a casa de Simón, primera escena de nuestro relato. En el texto de Lucas
aún no se ha producido la llamada a los discípulos, a diferencia de Marcos, en
consecuencia, el evangelista no menciona a Andrés, Santiago y Juan. En la casa,
una mujer, la suegra de Simón, está enferma con mucha fiebre.
La
narración es muy ágil y la escena se desarrolla con rapidez, después que le
rogaran por ella: se inclinó, conminó a la fiebre y ésta la dejó. Para Lucas,
Jesús tiene poder sobre las fuerzas de la naturaleza que nada pueden contra él.
Su proyecto salvador alcanza a todas las personas y en cualquier situación. Por
eso, la suegra de Simón, al instante, se levantó y se puso a servirles. La
consecuencia de la acción de Jesús es el compromiso, el servicio, no solo a él,
sino también a quienes están con él y le acompañan.
Lucas
coloca la segunda escena a la puesta del sol, dónde se van a producir diversas
curaciones. Los enfermos son muchos y las enfermedades diversas, pero Jesús
impone las manos sobre cada uno y los cura. Este contacto del Señor con cada
una de las personas las acerca y las incluye en el proyecto del Reino, en la
dinámica de la Buena noticia. Los demonios, que atormentan y hacen sufrir a la
gente, son los que reconocen la identidad del Salvador: “Tú eres el Hijo de
Dios”, pero Jesús, con el mismo poder que con la fiebre, les conmina a callar,
a guardar silencio.
Ellos
saben que Jesús es el Cristo, pero el Maestro considera que no es el momento de
revelarlo…todavía hay que adentrarse en la persona de Jesús para dejarse
seducir y poder reconocerle cómo el Señor de la vida.
El tercer
cuadro está situado al amanecer, Jesús ya despierto se va a un lugar solitario.
Necesita tomar distancia, no sólo interior sino también geográfica de las
personas y de los lugares queridos y conocidos. La gente le busca, han
descubierto en él alguien diferente, que habla de promesas creíbles que llegan
al corazón, que actúa con un poder y una compasión nunca vista, que interpela
su existencia, los anima y libera.
¿Cómo no
retener a una persona así? Pero la mies es mucha y la Buena noticia del Reino
hay que anunciarla a todas las gentes, el mensaje ya está dado, los signos
realizados, nos espera reconocer quién es el Señor de la vida, comprometernos
en su plan, en su proyecto de salvación y liberación, a través del servicio a
todo ser humano. ¿Estamos dispuestos/as?
Hna. Carmen Román Martínez O.P.
Congregación de Santo Domingo
Congregación de Santo Domingo
https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/4-9-2019/
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