Tras recibir a los obispos del Perú, hoy lunes 18 de mayo
en El Vaticano en el marco de la “Visita Ad Limina Apostolorum”, el Papa Benedicto XVI los animó a mirar con
esperanza e ilusión el porvenir; a trabajar unidos para mostrar el verdadero
rostro de la Iglesia y a socorrer a los peruanos más desfavorecidos.
“Pienso ahora, sobre todo, en los peruanos que carecen de
trabajo y de adecuadas prestaciones educativas y sanitarias, o en los que viven
en los suburbios de las grandes ciudades y en zonas recónditas. Pienso,
asimismo, en aquellos que han caído en manos de la drogadicción o la violencia.
No podemos desentendernos de estos hermanos nuestros más débiles y queridos por
Dios, teniendo siempre presente que la caridad de Cristo nos apremia”, expresó
el Papa.
Al referirse al impulso dado a la Misión Continental de Aparecida, el Santo Padre expresó “Se trata de relanzar el espíritu misionero,
no por temor al futuro, sino porque la Iglesia es una realidad dinámica y el
verdadero discípulo de Jesucristo goza transmitiendo gratuitamente a otros su
divina Palabra y compartiendo con ellos el amor que brota de su costado abierto
en la cruz”.
“Os exhorto a convocar a todas las fuerzas vivas de
vuestras Diócesis, para que caminen desde Cristo irradiando siempre la luz de
su rostro, en particular a los hermanos que, tal vez por sentirse poco
valorados o no suficientemente atendidos en sus necesidades espirituales y
materiales, buscan en otras experiencias religiosas respuestas a sus
inquietudes”, dijo.
El Santo Padre animó a trabajar unidos a los obispos,
conscientes que esa unidad se “debe construir y perfeccionar
incesantemente, sin rendirse ante las dificultades objetivas y subjetivas, con
el propósito de mostrar el verdadero rostro de la Iglesia católica, una y
única”.
“La unidad auténtica en la Iglesia es siempre fuente
inagotable de espíritu evangelizador”, comentó.
La “Visita Ad Limina Apostolorum” la realizan los obispos
de cada país cada cinco años; y, en ella, cada obispo da cuenta al Vicario de
Cristo del trabajo desarrollado en su diócesis. La última visita Ad Limina de
obispos peruanos se efectuó en junio de 2002 ante Juan Pablo II.