Habiendo tomado conocimiento de la decisión de Su Santidad
Benedicto XVI, manifestada a través del Decreto N. 3168/12/RS y de la Carta
dirigida al Dr. Marcial Rubio Correa por el Emmo. Señor Cardenal Tarsicio
Bertone, Secretario de Estado, el Presidente de la Conferencia Episcopal
Peruana, comunica lo siguiente:
1º Su plena adhesión a la decisión
del Santo Padre sobre la prohibición del uso de los títulos de “Pontificia” y
Católica” a la hasta ahora denominada Pontificia Universidad Católica del Perú,
debido a su reiterada resistencia, durante más de treinta años, a cumplir con
las normas eclesiásticas aplicables a este tipo de universidades.
2º Como la Santa Sede lo ha
declarado, pese a esa prohibición la mencionada Universidad continua siendo una
persona jurídica pública de la Iglesia Católica, razón por la cual debe
respetar los legítimos derechos que a ésta le corresponden y someterse a la
legislación canónica aplicable en materia de entidades eclesiásticas,
administración de bienes y centros de enseñanza superior.
3º Es responsabilidad de las
autoridades de la mencionada universidad, puesto que son autoridades de una
entidad eclesiástica, hacer cumplir en la comunidad universitaria lo que el
Santo Padre a través de su Secretario de Estado ha dispuesto mediante los antes
citados documentos, en especial adecuar los estatutos a la universidad a la
Constitución Apostólica Ex Corde Ecclesiae y garantizar, ante la Santa Sede, la
identidad y orientación católica que le corresponde en virtud de su misión de
participar en la función de enseñar de la Iglesia.
4º De este modo se evitará
continuar perjudicando los derechos de la Iglesia al servicio de la educación
católica, entre los cuales destaca la libertad de la que ella goza para
organizar las Instituciones educativas en total observancia del ordenamiento
legal peruano y del vigente Acuerdo Internacional entre la Santa Sede y la
República del Perú. Así se respetará también el derecho de los alumnos a acudir
a una universidad que fue creada y dotada de un patrimonio para brindarles
educación universitaria católica, en el marco de la legítima autonomía que la
Iglesia siempre ha reconocido a este tipo de instituciones.
5º Invoco a las autoridades y a la
comunidad universitaria de dicha universidad a obedecer las decisiones de la
Santa Sede y a respetar aquello que la Suprema Autoridad de la Iglesia ha
decidido respecto a una institución que le pertenece. De esta manera se lograra
su plena identificación con la Sede de Pedro y la universidad retomará la senda
que dio origen a su creación en el seno de la Iglesia.
Lima, 24 de Julio del 2012
+ Salvador Piñeiro
García-Calderón
Arzobispo Metropolitano de
Ayacucho
Presidente de la Conferencia Episcopal
Peruana