Lectura del santo evangelio según san
Marcos 10, 28-31
En
aquel tiempo, Pedro se puso a decir a Jesús: -«Ya ves que nosotros lo hemos
dejado todo y te hemos seguido.» Jesús dijo: -«Os aseguro que quien deje casa,
o hermanos o hermanas, o madre o padre, o hijos o tierras, por mí y por el
Evangelio, recibirá ahora, en este tiempo, cien veces más -casas y hermanos y
hermanas y madres e hijos y tierras, con persecuciones-, y en la edad futura,
vida eterna. Muchos primeros serán últimos, y muchos últimos primeros.»
Reflexión del Evangelio de hoy
A la
expectativa del don
La
primera carta del apóstol san Pedro recoge que la salvación fue un tema
escrutado e investigado por los profetas, el Espíritu de Cristo les declaraba
por anticipado los sufrimientos de Cristo y la gloria que seguiría. Aquello no
era para su tiempo sino para el vuestro. Este constituye el núcleo del mensaje
de evangelización.
Evocando
el modo en que debían de comer el cordero pascual los israelitas, Pedro les
dice que han de estar ceñidos los lomos de la mente, lo cual constituye una
invitación a la prontitud interior y a la vigilancia activa, a la expectativa
del don que va a traer la revelación de Jesucristo.
Termina
la carta con una invitación a la santidad. El Papa Francisco lo introduce así
en su nueva Exhortación Apostólica Gaudete et Exultate: “El Señor lo pide
todo, y lo que ofrece es la verdadera vida, la felicidad para la cual fuimos
creados. Él nos quiere santos y no espera que nos conformemos con una
existencia mediocre, aguada, licuada. En realidad, desde las primeras páginas
de la Biblia está presente, de diversas maneras, el llamado a la santidad. Así
se lo proponía el Señor a Abraham: «Camina en mi presencia y sé perfecto»
(Gn 17,1)”.
Por
ello, hemos de preguntarnos si en nuestra vida de fe lo que existe es una
actitud mediocre, licuada que no nos permite decidir hasta qué punto estamos
dispuestos a entregarnos a Dios. ¿Sólo una parte o el todo de nuestra vida?
Los
últimos serán primeros
En
esta parte del Evangelio Jesús comienza hablando de lo difícil que les sería a
los ricos que tienen su corazón en el dinero entrar en el reino de los cielos.
A los
discípulos les entra la duda, ¿quién puede salvarse entonces? Pedro llega un
poco más allá, nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido.
Jesús
les hace ver lo que recibirán por haber dejado todo, pero la cuestión si ese
todo significa lo mismo para Jesús y para los discípulos.
Jesús
no desprecia a los ricos, hay ricos que comparten su riqueza, sin embargo, no
tienen arraigado en su corazón la totalidad del desprendimiento. ¿Hasta cuánto
está dispuesto a entregar o entregarse por la causa de Dios?
Jesús
está aquí calibrando las fuerzas de sus discípulos, necesita gente que le sigan
dándolo todo a causa del Reino de Dios, gente que no se reserve nada de la vida
por Dios.
Fr. Alexis González
de León O.P.
Convento de San Pablo y San Gregorio (Valladolid)
Convento de San Pablo y San Gregorio (Valladolid)
https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/29-5-2018/
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