Mons. Reinaldo Nann

martes, 29 de mayo de 2018

Evangelio del día, 29-05-2018 (Octava Semana del Tiempo Ordinario, Año Par)


Lectura del santo evangelio según san Marcos 10, 28-31
En aquel tiempo, Pedro se puso a decir a Jesús: -«Ya ves que nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido.» Jesús dijo: -«Os aseguro que quien deje casa, o hermanos o hermanas, o madre o padre, o hijos o tierras, por mí y por el Evangelio, recibirá ahora, en este tiempo, cien veces más -casas y hermanos y hermanas y madres e hijos y tierras, con persecuciones-, y en la edad futura, vida eterna. Muchos primeros serán últimos, y muchos últimos primeros.»

Reflexión del Evangelio de hoy
A la expectativa del don

La primera carta del apóstol san Pedro recoge que la salvación fue un tema escrutado e investigado por los profetas, el Espíritu de Cristo les declaraba por anticipado los sufrimientos de Cristo y la gloria que seguiría. Aquello no era para su tiempo sino para el vuestro. Este constituye el núcleo del mensaje de evangelización.
Evocando el modo en que debían de comer el cordero pascual los israelitas, Pedro les dice que han de estar ceñidos los lomos de la mente, lo cual constituye una invitación a la prontitud interior y a la vigilancia activa, a la expectativa del don que va a traer la revelación de Jesucristo.
Termina la carta con una invitación a la santidad. El Papa Francisco lo introduce así en su nueva Exhortación Apostólica Gaudete et Exultate: “El Señor lo pide todo, y lo que ofrece es la verdadera vida, la felicidad para la cual fuimos creados. Él nos quiere santos y no espera que nos conformemos con una existencia mediocre, aguada, licuada. En realidad, desde las primeras páginas de la Biblia está presente, de diversas maneras, el llamado a la santidad. Así se lo proponía el Señor a Abraham: «Camina en mi presencia y sé perfecto» (Gn 17,1)”.
Por ello, hemos de preguntarnos si en nuestra vida de fe lo que existe es una actitud mediocre, licuada que no nos permite decidir hasta qué punto estamos dispuestos a entregarnos a Dios. ¿Sólo una parte o el todo de nuestra vida?
Los últimos serán primeros
En esta parte del Evangelio Jesús comienza hablando de lo difícil que les sería a los ricos que tienen su corazón en el dinero entrar en el reino de los cielos.
A los discípulos les entra la duda, ¿quién puede salvarse entonces? Pedro llega un poco más allá, nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido.
Jesús les hace ver lo que recibirán por haber dejado todo, pero la cuestión si ese todo significa lo mismo para Jesús y para los discípulos.
Jesús no desprecia a los ricos, hay ricos que comparten su riqueza, sin embargo, no tienen arraigado en su corazón la totalidad del desprendimiento. ¿Hasta cuánto está dispuesto a entregar o entregarse por la causa de Dios?
Jesús está aquí calibrando las fuerzas de sus discípulos, necesita gente que le sigan dándolo todo a causa del Reino de Dios, gente que no se reserve nada de la vida por Dios.

Fr. Alexis González de León O.P.
Convento de San Pablo y San Gregorio (Valladolid)
https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/29-5-2018/

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