Hoy sigue vigente la problemática que el
"marxismo" dejó tras de sí: la disolución de las certezas
primordiales del hombre sobre Dios, sobre sí mismo y sobre el universo. En
definitiva, la disolución de la conciencia de los valores morales intangibles.
Y ése es el "enemigo" al que debemos temer, porque mata el alma.
La auténtica catástrofe que el marxismo nos ha dejado no
es de naturaleza económica; sino el "des-encaminamiento" de las
almas, la destrucción de la conciencia moral. Un problema esencial de nuestra hora
es que nunca se discuta el naufragio económico —y por eso los antiguos
comunistas se han vuelto liberales en economía, sin dudarlo— y en cambio la
problemática moral y religiosa, que es de lo que se trataba en realidad, es
ignorada casi por completo.
—Los sistemas comunistas han naufragado por su falso
dogmatismo económico. Pero, Señor, no permitas que olvidemos tan fácilmente que
el materialismo ateo ha sucumbido aún más profundamente por el desprecio de los
derechos humanos, ignorándote a Ti.
No hay comentarios:
Publicar un comentario