Monje.
Martirologio Romano: En Emesa, ciudad de Siria, san
Simeón, llamado “Salos”, que, impulsado por el Espíritu Santo, por amor a
Cristo anheló ser tenido por los hombres como un tonto y un plebeyo.
Conmemoración también de san Juan, ermitaño, que convivió durante casi treinta
años con san Simeón, peregrinando con él y haciendo también a su lado vida
eremítica junto al Mar Muerto.
Reza el refrán castellano que "cada maestrillo tiene
su librillo" refiriéndose a los muy diversos modos de enseñar a los demás
lo que cada uno sabe. Luego, la ciencia pedagógica se encarga de proponer a los
pedagogos la mejor manera de transmitir el saber en cada una de las materias,
dictando normas y diciendo lo que se puede y lo que no se puede hacer para
conseguir que los alumnos aprendan más y los maestros desperdicien menos su
energía y su tiempo. Incluso se necesitan títulos, diplomas, cursos bien
aprovechados, conocimientos de técnicas para programar, concretar objetivos,
distribuir por tiempos y evaluar los resultados para llegar a ser un excelente
maestro e incluso conseguir un puesto de trabajo. Así hemos complicado las
cosas hoy. Simeón, como vamos a ver, rompió los esquemas de la pedagogía de
todos los tiempos. Se le cataloga como anacoreta y lo que cabe esperarse de tal
sujeto es el retiro en el desierto, la vida de oración y la ascesis de la
penitencia; con todo ello, el solitario da testimonio y buen ejemplo que
estimula al resto de los mortales creyentes a ser menos egoísta, más piadoso y
también mejor dispuesto a hacer el bien al prójimo con quien convive. De esta
manera vivió treinta años Simeón, pero se salió de anacoreta y se convirtió
voluntariamente en Loco.