Desde los comienzos del peregrinar de
la Iglesia en nuestra historia, es el catequista, el que nos forma y nos enseña
a conocer, amar y comprometernos con Jesús y su Iglesia. Así tenemos el ejemplo
de María a quien el Santo Padre, Pablo VI en su obra “Marialis Cultus” decía
que María era ejemplo y modelo de Catequista.
Concretamente
en la historia de nuestra Prelatura de Caravelí, ya desde antes que ésta se
constituyera como tal, los Padres Misioneros Redentoristas dieron, mejor dicho
dejaron una trayectoria de suscitar, preparar y enviar al campo de
evangelización a los Catequistas Rurales.
Esta
opción de los inicios también fue reforzada por los Misioneros del Sagrado
Corazón de Jesús, y que tuvo su punto más alto, resaltante en la creación de la
Prelatura de Caravelí y el consiguiente nombramiento del nuevo Obispo, Mons.
Federico Kaiser MSC. Quien prácticamente oficializó la atención y formación de
los Catequistas Rurales, teniendo para ello un responsable a nivel de la
Prelatura. Vino a reforzar este trabajo la creación, la presencia y el trabajo
de las hermanas Misioneras de Jesús Verbo y Víctima.
Mons.
Bernardo Kühnel Langer MSC continuó con esta opción con el apoyo de sus
cohermanos de la Congregación de los Misioneros del Sagrado Corazón de Jesús, y
por su puesto de todas las parroquias, sobre todo sus representantes. Entonces
era política Prelaticia que cada parroquia y centro pastoral tuviera cursos de
catequistas rurales, además de ello se construyeron casas del catequistas y
tanto para lo otro se tuvo el apoyo de la Institución de Adveniat.
En
este tiempo se buscó perfeccionar esta atención fomentando nuevas iniciativas,
como la de los Servidores Eclesiales, agentes de la salud en el programa de APS
(Atención Primaria de Salud) de la Prelatura de Caravelí. Entonces esta
Jurisdicción Eclesiástica daba que hablar y sobre todo su aporte a la Iglesia
peruana era notorio.
¿Por qué es importante la atención y
el fomento de la vocación de Catequistas Rurales?
1.-
Volviendo a los orígenes no podemos ignorar ni dejar de prestar atención a la iniciativa
de Dios y su preferencia a los pobres, los sencillos. Tal es el caso de
Abraham, los profetas, María Santísima, los Santos. En todos ellos no se
trasluce su vida, sino la presencia y el amor misericordioso de Dios. Ellos son
como vitrales que de manera maravillosa dejan apreciar la luz esclarecedora y
sanadora de Dios.
2.-
Reconocemos que nuestras fuerzas son limitadas y nuestras capacidades y
habilidades no son suficientes, esto por un lado; por otro la extensión del
territorio puesto a nuestro cargo es muy vasto y difícil acceso.
3.-
Nadie puede negar que el hambre de Dios es muy notorio y se ve por muchos
lados, el Vaticano II en uno de sus documentos dice: “Dios se revela en los
acontecimientos, en las personas y en la belleza de la naturaleza”. Muchos
hombres, muchas mujeres, muchos niños, muchas familias y la misma madre
naturaleza reclaman la presencia de Dios, tener y conocer a Dios.
4.-
Desde los textos de la Sagrada Escritura, pasando por los documentos eclesiales
de la Iglesia Latinoamericana, como Medellín, Puebla, Santo Domingo y
Aparecida, y llegando inclusive a los últimos documentos del Santo Padre, el
Papa Francisco se exige la atención
a los Catequistas Rurales.
5.-
El Espíritu Santo clama a través del Papa Francisco: “Vayan a la periferia,
desarrollen una pastoral de salida, confúndanse con los otros, tengan olor a
oveja”.
6.-
Que coincidencia, muchos de nuestros catequistas rurales viven en la periferia
y a su modo, idean una pastoral de salida, y lo que es más, huelen a oveja.
Queridos hermanos: ELLOS SON NUESTROS MEJORES ALIADOS…
Rvdo.
P. Ángel Huaracha Zela CSsR
Párroco
de la Parroquia “Virgen de las Nieves” de Coracora
Encargado
de los Catequistas Rulares de la Prelatura de Caravelí
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