Hoy, y durante la Octava de Pascua, contemplamos los
testimonios del Nuevo Testamento que no dejan duda alguna de que en la
"resurrección del Hijo del hombre" ha ocurrido algo completamente
diferente.
La resurrección de Jesús ha consistido en un romper las
cadenas para ir hacia un tipo de vida totalmente nuevo, a una vida que ya no
está sujeta a la ley del devenir y de la muerte, sino que está más allá de eso;
una vida que ha inaugurado una nueva dimensión de ser hombre. Por eso, la
resurrección de Jesucristo no es un acontecimiento aislado que podríamos pasar
por alto y que pertenecería únicamente al pasado, sino que es una especie de
"mutación decisiva", un salto cualitativo.
—En la resurrección de Jesús se ha alcanzado una nueva
posibilidad de ser hombre, una posibilidad que interesa a todos y que abre un
futuro, un tipo nuevo de futuro para la humanidad: "Cristo resucitó de
entre los muertos: el primero de todos" (1Co 15,20).
Fuente: master·evangeli.net
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