Hoy contemplamos un signo (milagro) que invita a una
"relectura" de la Escritura viendo en Cristo su pleno cumplimiento.
Las palabras transmitidas en la "Biblia" se convierten en Escritura a
través de un proceso de relecturas cada vez nuevas: los textos antiguos se
retoman en una situación nueva (el milagro que ahora contemplamos), leídos y
entendidos de manera nueva.
En la "relectura", en la lectura progresiva,
mediante correcciones, profundizaciones y ampliaciones tácitas, la formación de
la Escritura se configura como un proceso de la palabra que abre poco a poco
sus potencialidades y riquezas interiores, que de algún modo estaban ya como
semillas y que sólo se abren ante el desafío de situaciones y experiencias
nuevas, y nuevos sufrimientos.
—Jesús, creo y confieso que eres el Hijo de Dios. Esta
decisión mía de fe es razonable: tiene una razón histórica, que me permite ver
la unidad interna de la Escritura y entender de un modo nuevo los diversos
tramos de su camino sin quitarles su originalidad histórica.
Comentario: REDACCIÓN evangeli.net (elaborado a partir de textos de Benedicto XVI) (Città del Vaticano, Vaticano).
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