Hoy, a Zacarías —que se había quedado mudo por no haber
creído al Arcángel Gabriel—, Dios al perdonarlo le concede el don de profetizar
en el canto del "Benedictus". Alaba a Dios porque nos ha visitado.
Antiguamente, "adventus" era un término técnico que indicaba la
llegada de un funcionario, en particular la visita de reyes o emperadores a las
provincias. Pero también podía utilizarse para la aparición de una divinidad,
que salía de su morada oculta manifestando, así, su poder divino.
Jesús es el Rey que, al entrar en esta pobre provincia
llamada tierra, nos ha hecho el don de su visita. Con ella nos ilumina: en las
tinieblas de una historia todavía no redimida, las luces de la esperanza sólo
se encendían lentamente, hasta que al fin vino Cristo, Luz del mundo.
Jesucristo es el "misterio de salvación".
—El Salvador esperado por las gentes es saludado como
"Astro naciente", la estrella que me guía —ya sin temores— hacia la
salvación prometida por Dios y realizada en Jesucristo.
Comentario: REDACCIÓN evangeli.net
(elaborado a partir de textos de Benedicto XVI) (Città del Vaticano, Vaticano).
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