Fuente: Foto: PCM |
Las 4 minas en Ayacucho Sur están en el territorio de esta Prelatura y tienen conflictos con la población hace muchos años. Los actos vandálicos de la quema de varios vehículos en la semana pasada no justifican llamar “vándalos” a todos los pobladores de las 3 provincias: Lucanas, Parinacochas y Paucar del Sara Sara. La población estaba nuevamente en un paro contra estas minas, que no cumplen con su plan de cierre. Las anteriores protestas han sido pacificas, pero esta vez a algunos de los pobladores se les acabó la paciencia ante tanta impotencia.
La mina, donde sucedieron los hechos lamentables, está ubicada directamente debajo de una laguna, que alimenta al río Yauca, que da agua potable y de riego a algunas partes de las provincias de Lucanas, Parinacochas y Caravelí. En este Valle de Yauca se producen grandes cantidades de aceitunas, paltas, maíz morado, papa y alfalfa.
La mina dice, que no contamina, pero hace pocos años murieron decenas de vacas en el distrito vecino de Sancos, porque tomaron agua de la acequia, después de un accidente, que se produjo en la mina. La mina nunca hace monitoreos comunitarios del agua, lo cual no crea confianza.
Me parece, que la legislación peruana favorece únicamente a las minas y no da ningún derecho a la población afectada por las minas. Son compensados con dinero, que va a sus municipios y unos cuantos tendrán trabajo (por no ser capacitados siempre son pocos). Pero no tienen ningún instrumento legal para oponerse a la mina. El Estudio de Impacto Ambiental solo es informativo, no deliberativo. Y para las licencias mineras y ampliación de estas licencias la población nunca fue tomada en cuenta. Necesitamos una ley de la consulta previa ante cada licencia minera. Sin una verdadera licencia social nunca habrá paz en esta región.
Por eso saludamos a la Primera Ministra de haber escuchado los intereses de la población y haber prometido de defenderlas en la no-ampliación de la licencia minera de estas minas.
Llamamos al gobierno y al congreso de establecer mecanismos, para que la población en el futuro sea escuchada y tomada en cuenta en las negociaciones para obtener nuevas licencias o ampliaciones de licencias mineras. No estamos en contra de la minería, pero creemos que debe conciliar sus intereses con los intereses de la población más afectada. Este interés no es solamente de los agricultores de aquí, sino también de los consumidores de la costa, que quieren consumir alimentos sanos, sin contaminación por metales pesados y otros residuos mineros.
Llamo a los medios de comunicación de hacer un periodismo investigativo de verdad: no basta de escuchar y publicar solo la versión de los mineros. ¿Qué políticos y empresarios de la información tendrán acciones en estas mineras? Hay que escuchar también las razones de los agricultores y no descalificarlos de “vándalos” a todos.
El
Papa Francisco nos llama a “escuchar los gritos de los pobres y de la tierra”.
Ojalá que la política y los mineros escuchen estos gritos y puedan conciliar un
futuro sostenible para las generaciones futuras.
Caravelí,
22 de noviembre de 2021 +Reinaldo
Nann, obispo
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