Lectura
del santo evangelio según san Lucas 9,57-62
En aquel tiempo, mientras iban de
camino Jesús y sus discípulos, le dijo uno: «Te seguiré adonde vayas.»
Jesús le respondió: «Las zorras tienen madriguera, y los pájaros nido, pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza.»
A otro le dijo: «Sígueme.»
Él respondió: «Déjame primero ir a enterrar a mi padre.»
Jesús le respondió: «Las zorras tienen madriguera, y los pájaros nido, pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza.»
A otro le dijo: «Sígueme.»
Él respondió: «Déjame primero ir a enterrar a mi padre.»
Otro le dijo: «Te seguiré, Señor. Pero déjame primero despedirme de mi familia.»
Jesús le contestó: «El que echa mano al arado y sigue mirando atrás no vale para el reino de Dios.»
Reflexión
del Evangelio de hoy
¿Quién
soy yo ante Dios?
A Job le
conocemos como “el Santo de la paciencia” pero en este texto se nos muestra
como un hombre sensato, respetuoso y temeroso de Dios. Nos muestra nuestra
pequeñez frente a su poder.
Job
experimentará en sus propias carnes la manera de actuar de Dios, incluso en sus
peores momentos, cuando cae en desgracia y sus amigos se ríen de él, no perderá
la confianza. Esos mismos amigos a los que en este pasaje les habla y les
instruye en cómo es ese Dios en el que él confía plenamente, ese que “si cruza
junto a mí, no puedo verlo, pasa rozándome y no lo siento”. Así nosotros
podemos no notar su presencia pero tenemos la certeza de que está con nosotros,
porque somos importantes para Él a pesar de nuestra pequeñez y de nuestras
debilidades.
Esa fe
ciega, esa absoluta entrega de Job la quiero para mí. Quiero aprender a ponerme
en sus manos como el niño se echa en el regazo de su madre, sin pensar, con la
seguridad de que ahí nada malo puede pasarle. No debemos olvidar la condición
de Padre de nuestro Creador, su infinita misericordia para con nosotros aunque
“pleiteemos con Él”. Aparentemente no somos nada, una insignificancia ante el
que es capaz de mover montañas y derribar cumbres, pero somos sus hijos, motivo
más que suficiente para tener la certeza de que siempre tendremos su mano
tendida en todo momento.
¡Al
horizonte, siempre mirando al horizonte!
Precioso
pasaje el que hoy nos propone la liturgia. San Lucas nos da en cuatro
pinceladas “las instrucciones” que nos propone Cristo si queremos ser sus
seguidores. Nada, ni nadie, debe interponerse entre Él y nosotros a la hora de
seguir nuestra vocación.
Cuantas
veces nos hemos sentido llamados por Jesús, hemos querido ir un poco más allá
en nuestro compromiso con Él y al instante hemos puesto mil impedimentos de
todo tipo, nos hemos autoconvencido a nosotros mismos de que no puedo: es que
mi trabajo… Es que mi familia… Es que no tengo tiempo… Es que… es que… Hay una
frase clave en este pasaje que a mí me ha hecho meditar muchas veces: “Deja que
los muertos entierren a sus muertos; tú vete a anunciar el reino de Dios” Si
queremos ser “vivos”, si queremos que el Espíritu actúe en nosotros, si
queremos ser cooperadores de la misión evangelizadora, tenemos que pensar y
actuar como hombres nuevos, ser verdaderos bautizados, resucitados por el
Espíritu Santo y abandonar los viejos pensamientos que solo conducen a la
muerte del alma.
En este
empeño en seguir a Cristo aparecerán dificultades, incomodidades, renuncias
¡hasta las zorras viven mejor, tienen madrigueras! Pero Dios no abandona nunca,
aunque, como dice Job, no notemos su presencia. Nuestro Padre Santo Domingo
supo vivir esa entrega total, ese seguir al Maestro casi sin pensárselo.
Cuantas veces se puso en camino sin la certeza de lo que le esperaba, pero
nunca miró hacia atrás, empuñó el arado con la vista puesta en el horizonte y
aquí estamos 800 años después sus hijos, el fruto de su empeño por difundir la
Palabra en todo el mundo, por hacer partícipe a la humanidad del tesoro que él
había descubierto.
Vivamos
con gozo nuestro encuentro con Cristo y no tengamos miedo a mirar al horizonte.
Tenemos que soltar lastre y volar ligeros en las manos de Dios.
D. Luis Maldonado Fernández de
Tejada, OP
Fraternidad Laical de Santo Domingo, de Almagro
Fraternidad Laical de Santo Domingo, de Almagro
https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/3-10-2018/
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