Mons. Reinaldo Nann

sábado, 24 de septiembre de 2016

La Iglesia acompaña la Fe del Militar


La fiesta de la Virgen de la Merced es profundamente significativa para las Fuerzas Armadas del Perú de quienes es su Patrona y para quienes es su Gran Mariscala. Efectivamente, la vida espiritual de los miembros del Ejército, la Marina y la Fuerza Aérea está encomendada a la Madre Celestial en esta dulce advocación, cuya fiesta celebramos el 24 de setiembre.

En la Spirituali Militum Curae, el Papa San Juan Pablo II, decía: “La asistencia espiritual de los militares es algo que la Iglesia ha querido cuidar siempre con extraordinaria solicitud según las diversas circunstancias. Ciertamente éste constituye un determinado grupo social y “por las condiciones peculiares de su vida”…, necesitan una concreta y específica forma de asistencia espiritual; por esta necesidad, a lo largo de los tiempos, ha velado la sagrada jerarquía, y en particular los Romanos Pontífices, dada su función de servicio o “diaconía”, proveyendo del mejor modo en cada uno de los casos, con la jurisdicción más apropiada a las personas y a las circunstancias”.



La misma Constitución Apostólica, antes mencionada, precisa que: “Los cuarteles y los lugares reservados a los militares están sometidos primera y principalmente a la jurisdicción del Ordinario militar; subsidiariamente a la jurisdicción del obispo diocesano, a saber, cuando falten el Ordinario militar o sus capellanes: en cuyo caso tanto el obispo diocesano como el párroco actúan por derecho propio”.

El Ordinariato Militar, también llamado Obispado Castrense vela por la atención espiritual, moral y pastoral de las Fuerzas Armadas y de la Policía Nacional del Perú. “Pertenecen al “Ordinariato” militar, y están bajo su jurisdicción… Todos los fieles que son militares y los empleados civiles que sirven a las Fuerzas Armadas; Todos los miembros de sus familias, esposos e hijos, incluidos los emancipados, los parientes y los empleados domésticos que vivan en la misma casa; Los que frecuentan centros militares y los que se encuentran en hospitales militares, residencias de ancianos o lugares semejantes o prestan servicio en ellos; Todos los fieles…que ejercen un oficio permanente confiado por el Ordinario militar o con su consentimiento”. (Cf. SMC)

Las Fuerzas Armadas tienen un rol imprescindible en la construcción del País. Al Perú se deben y la Nación les expresa su gratitud. Oremos por nuestros hermanos de las Fuerzas Armadas para que bajo el manto maternal de la Virgen de la Merced “sean ministros de la paz y de la seguridad” de nuestra amada Patria.

R.P. Guillermo Inca Pereda
Secretario Adjunto

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