Mons. Reinaldo Nann

miércoles, 5 de marzo de 2014

Francisco, el miércoles de ceniza: La Cuaresma nos recuerda que no somos Dios



05-03-2014

La primera cuaresma de Francisco comenzó en la basílica romana de San Anselmo. Partió desde allí a pie hacia la basílica de Santa Sabina para comenzar simbólicamente este "itinerario” de 40 días.

Llegó antes de las cinco de la tarde y allí celebró la Misa. También él recibió las cenizas. Se las impuso el cardenal eslovaco Jozef Tomko.

En su exigente homilía explicó qué actitud deben tener los cristianos en cuaresma. Invitó a una sincera "conversión del corazón”. Y dijo que este "desafío” no excluye a nadie. 



Francisco
"Sabemos que este mundo cada vez más artificial hace que vivamos en una cultura del 'hacer', de lo útil, en la que sin darnos cuenta excluimos a Dios de nuestro horizonte, excluimos al horizonte mismo. La Cuaresma nos llama a despertar, a recordar que somos criaturas, que simplemente nosotros no somos Dios”.

El Papa reprobó la ambición de quienes viven para el poder y están dispuestos a lo que sea por conseguirlo.

Francisco
"Cuando veo en el pequeño ambiente cotidiano, algunas luchas de poder para ocupar espacios, pienso: 'Pero esta gente juega a Dios creador'. Todavía no se han dado cuenta que no son Dios”.

Francisco dijo que la Cuaresma es un momento de apertura a los demás, y que para conseguirlo hay que conjugar estas tres palabras clave: oración, ayuno y limosna.

Francisco
"Todas ellas conllevan la necesidad de no dejarse dominar por las apariencias. Lo que cuenta no es la apariencia. El valor de la vida no depende de la aprobación de los demás o del éxito, sino de lo que tenemos dentro”.

Junto a Francisco estaban todos los cardenales de la Curia vaticana. Quizá recordaron que el pasado miércoles de ceniza fue la última ceremonia de Benedicto XVI como Papa. Tuvo lugar en San Pedro, dos días después de anunciar su renuncia.

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