Mons. Reinaldo Nann

martes, 3 de septiembre de 2013

Papa Francisco: "Para echar al demonio no hace falta un ejército, sino la humildad de Jesús"



3 de septiembre de 2013 (romereports.com) El Papa Francisco explicó durante la homilía en Casa Santa Marta que en la cultura actual es muy fácil tener conocimientos científicos y técnicos pero muchas personas piensan vivir en la luz y viven en las tinieblas porque no conocen la luz de Jesús.

Papa Francisco
“Jesús no necesita un ejército para echar fuera los demonios, no necesita la soberbia, no necesita la fuerza, el orgullo. '¿Qué palabra es esta que ordena con autoridad y poder a los espíritus impuros y le obedecen?' Es una palabra humilde, mansa, con amor; es una palabra que nos acompaña en los momentos de Cruz. Pidamos al Señor que nos dé hoy la gracia de su luz y nos enseñe a distinguir cuándo la luz es de Él y cuándo es una luz artificial, hecha por el enemigo, para engañarnos”.

El Papa dijo que esa luz de Jesús es un conocimiento que ayuda a encontrar la paz, la tranquilidad y se alcanza siendo humildes y mirando sin miedo a la Cruz.

Extracto textual de la Homilía del Papa (Fuente Radio Vaticana)


“Se puede conocer todo, se puede tener ciencia de todo y luz sobre las cosas. Pero la luz de Jesús es otra cosa. No es una luz de la ignorancia, ¡no! Es una luz de conocimiento y de sabiduría pero es diferente a la luz del mundo. La luz que nos ofrece el mundo es una luz artificial, fuerte quizá, -aunque más fuerte es la de Jesús- fuerte como un fuego de artificio, como un flash fotográfico. En cambio, la luz de Jesús es una luz mansa, es una voz tranquila, es una luz de paz, como la luz de la noche de Navidad: sin pretensiones”.

“Cuántos creen vivir en la luz y están en las tinieblas, pero no se dan cuenta. ¿Cómo es la luz que nos ofrece Jesús? La luz de Jesús podemos conocerla, porque es una luz humilde, no es una luz que se impone: es humilde. Es una luz mansa, que tiene la fuerza de la mansedumbre. Es una luz que habla al corazón y es también una luz que nos ofrece la Cruz. Si nosotros en nuestra luz interior somos hombres mansos, sentimos la voz de Jesús en el corazón y miramos sin miedo la Cruz: ahí está es la luz de Jesús”.

“Jesús no necesita un ejército para echar fuera los demonios, no necesita la soberbia, no necesita la fuerza, el orgullo. '¿Qué palabra es esta que ordena con autoridad y poder a los espíritus impuros y le obedecen?' Es una palabra humilde, mansa, con amor; es una palabra que nos acompaña en los momentos de Cruz. Pidamos al Señor que nos dé hoy la gracia de su luz y nos enseñe a distinguir cuándo la luz es de Él y cuándo es una luz artificial, hecha por el enemigo, para engañarnos”.

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