Mons. Reinaldo Nann

domingo, 23 de junio de 2013

Misioneras ayudan a leprosos a retomar la vida social



23 de junio 2013 (romereports.com) Mucha gente piensa que la lepra es algo del pasado, que suena a los tiempos de la Biblia. Sin embargo, sigue siendo un grave problema.

La misionera italiana Augusta Galbusera lo vive de cerca, porque ayuda a enfermos en Liberia.


Sor Augusta Galbusera
“Sí, la lepra aún existe. En Liberia, por ejemplo, se está extendiendo entre los jóvenes, conozco a enfermos de sólo 14 años. Esto significa que la enfermedad no sólo existe, sino que también se está extendiendo”.

La pregunta es, ¿cuál es la causa de la enfermedad? Los expertos creen que se trata de un tipo de bacteria conocida como Mycobacterium leprae. Los gérmenes se transmiten por el aire, se introducen por las vías respiratorias y crecen en el organismo antes de afectar a la piel.

Cada año se diagnostican dos nuevos casos por cada 300.000 habitantes. La Organización Mundial de la Salud calcula que unas 3 millones de personas han quedado discapacitadas a causa de la lepra. Los países con más enfermos son: Brasil, India, Liberia e Indonesia. Pero el mayor desafío es vencer la segregación social.

Sor Augusta Galbusera
“La lepra es una enfermedad que aleja a las personas de la sociedad. En Liberia, los expulsan literalmente de sus aldeas. Por eso, les enseñamos un oficio para que puedan encontrar un trabajo. Una vez que son independientes, es más fácil que sus familias los reciban de nuevo”.

Las misioneras de la Consolata también suministran medicamentos. Hay falsos mitos desde hace siglos sobre la lepra, como que provoca la caída de partes del cuerpo. Hay que saber, además, que no es tan contagiosa como se piensa, y que el 95 por ciento de la población es inmune a ella.

Sor Augusta Galbusera
“Si una persona tiene un buen sistema inmune, no es tan fácil infectarse. Sólo el 5 por ciento de las personas expuestas a la lepra se infectan, el número es realmente muy bajo”.

Hace miles de años, la enfermedad era muy frecuente en China, India y Egipto. Ahora aunque sigue existiendo, se ha progresado mucho. No hay una vacuna, pero gracias a los antibióticos, más de 14 millones de personas se han curado en los últimos 20 años.

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