Mons. Reinaldo Nann

domingo, 23 de junio de 2013

Jesús, el Cristo de Dios, el Santo de Dios, el Hijo de Dios vivo


Hoy, también sucede lo mismo que entonces: muchos se acercan a Jesús, por decirlo así, desde fuera. Grandes estudiosos reconocen su talla espiritual y moral, y su influjo en la historia de la humanidad, comparándolo a Buda, Confucio, Sócrates y a otros sabios y grandes personajes de la historia. Pero no llegan a reconocerlo en su unicidad (Dios y Hombre).

A menudo Jesús es considerado también como uno de los grandes fundadores de religiones, de los que cada uno puede tomar algo para formarse una convicción propia. Por tanto, como entonces, también hoy la "gente" tiene opiniones diversas sobre Jesús. Y como entonces, también a nosotros, discípulos de hoy, Jesús nos repite su pregunta: "Y vosotros ¿quién decís que soy yo?".

—Queremos hacer nuestra la respuesta de san Pedro: "Tú eres el Cristo" (Mc 8,29); "El Cristo de Dios" (Lc 9,20); "Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo" (Mt 16,16); "Tú eres el Santo de Dios" (Jn 6,69). Todas esas respuestas son exactas y valen también para nosotros.

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