9 de abril, 2013 (romereports.com) Cuando hay un por qué se supera cualquier cómo. Quien tiene una razón o un objetivo preciso, supera cualquier obstáculo para conseguirlo. Y esta frase se puede aplicar perfectamente a la vida de Cristiana Cassina.
“En mis brazos murió un nenito de 4 meses de hambre. Porque la madre no tenía la leche y cuando lo trajeron se me murió en los brazos. Desde eses día empece a hacerme un examen de conciencia: Yo nací, tuve todo, nunca me faltó nada y empecé a decir ¿cómo a este chico que también tenía derecho a vivir, tuvo que morir sin ni siquiera comer, porque le daba agua, mate, la madre?”, dice Cristiana Cassina, de la Asociación Padre Carlo Colelli.
Cristiana se inscribió en la asociación misionera argentina y fundó la asociación Padre Carlo Colelli, en honor a un sacerdote de carmelita que la animó a ayudar donde fuera más necesario. Cristiana eligió Colombia.
Cristiana Cassina
Asociación Padre Carlo Colelli
“Empezaron con la guerilla, los paramilitares y el ejército a venir chicos desplazados y familias enteras. Y había que hacer obras de caridad allí. Y no tenían casa y no tenían nada. Nosotros encontramos un terreno que parecía que no tenía dueño. Y la verdad, lo ocupamos. No tengo vergüenza de decirlo, ocupamos el terreno y después supimos que apareció el dueño, el heredero, que vivía en Norteamérica. Llegamos a un acuerdo y hoy en día en ese terreno viven 146 familias que hicieron su ranchito, que no podemos ni llamar casa”.
Una ONG sencilla, sin grandes pretensiones, pero que quiere aportar su pequeño granito de arena en la promoción de América Latina y concretamente de Colombia.
Cristiana Cassina
Asociación Padre Carlo Colelli
“Empezamos con 200 chicos, ahora llegamos a 900 porque los chicos fueron creciendo y nosotros queremos que estén bien ellos, darles la posibilidad de estudiar. Se empezó con la escuela primaria, siguió la escuela media, y ahora ya tenemos la escuela de bachillerato. Además de que este centro, que nosotros llamamos centro educativo, los domingos, cuando la escuela está cerrada, se hacen reuniones para los padres, se enseña higiene, cómo tienen que mantener la casa, cómo tienen que lavarse, y a veces hemos hecho una buena limpieza de piojos”.
Comenzaron acogiendo a personas desplazadas por la guerrilla, después montaron la escuela y al ver que los niños iban sin comer a las clases, también organizaron un comedor escolar. Todo sobre la marcha y con sus propias manos. Simplemente porque era necesario.
Cristiana Cassina
Asociación Padre Carlo Colelli
“Empezamos a ver que no comían los chiquitos pre escolares. Y pusimos un comedor comunitaria. Y ahora tenemos 10 comedores, con 800 chicos que almuerzan una vez por día. En la escuela tenemos 900 que almuerzan también en ellos una vez por día, y muchos de ellos es el único almuerzo que tienen, porque después en la casa no tienen casi nada”.
Esta ONG en Colombia ayuda a casi mil niños para que puedan comer y recibir educación. La Asociación Padre Carlo Colelli comenzó con la determinación de una sencilla mujer, Cristiana Cassina.
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