Mons. Reinaldo Nann

martes, 19 de marzo de 2013

La dignidad del trabajo



Hoy, fiesta de san José, consideramos teológicamente la realidad del trabajo. La "Biblia" muestra cómo el trabajo pertenece a la condición originaria del hombre. Cuando el Creador plasmó al hombre a su imagen y semejanza, lo invitó a trabajar la tierra... Y el mismo Hijo de Dios, haciéndose semejante en todo a nosotros, dedicó muchos años a actividades manuales (era el "hijo del carpintero").

El trabajo es fundamental para el desarrollo del hombre y de la sociedad. Debe organizarse "siempre" en el pleno respeto de la dignidad humana y al servicio del bien común: el hombre es sujeto y protagonista del trabajo. Al mismo tiempo, es indispensable que el hombre no se deje dominar por el trabajo, que no lo idolatre, pretendiendo encontrar en él el sentido último y definitivo de la vida.

—Es necesario vivir una espiritualidad que ayude a los creyentes a santificarse a través de su trabajo, imitando a san José, que cada día debió proveer con sus manos a las necesidades de la Sagrada Familia.

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