04-02-2012 Radio Vaticana
(RV).- Este domingo 5 de febrero concluye en la Diócesis del Callao, Perú, el III Congreso Nacional Misionero, que inició en la Fiesta de la Presentación del Señor, el pasado 2 de febrero bajo el lema "Auténticos testigos y anunciadores de Cristo, en comunión, para que el mundo crea", en el Congreso participan sacerdotes, religiosos, religiosas, seminarista y aspirantes a la vida consagrada, provenientes de diversas jurisdicciones eclesiásticas del Perú. La Celebración Eucarística de inauguración fue presidida por el Obispo del Callao, Mons. José Luis del Palacio, y concelebrada por el Obispo Emérito del Callao, Mons. Miguel Irizar y por Mons. Luis Augusto Castro, Arzobispo de Tunja–Colombia y especialista en temas pastorales acerca de la misión.
En su homilía, Mons. Del Palacio aludió a los males que aquejan a la sociedad peruana, destacando que el Cristianismo cumple una función que lleva a la liberación. “El hombre vive de por vida sometido a esclavitud…es decir, el cristianismo es una buena noticia para ser liberado de la esclavitud del pecado” citando a Benedicto XVI recordó que el cristianismo es una buena noticia porque tiene el poder de liberarnos de la esclavitud que todos tenemos dentro, que es querer ser, querer aparentar, querer ser autónomos, independientes de Dios, no depender de Dios, no obedecer.
La finalidad de este III Congreso Nacional Misionero es renovar en los participantes el encuentro personal con Cristo resucitado y fortalecer la identidad de los consagrados al servicio del Reino, con su testimonio de vida y es una oportunidad de comunión eclesial y una concientización más profunda de la dimensión misionera de la iglesia, como lo han solicitado los obispos en la V Asamblea de la Conferencia Episcopal de América Latina y el Caribe: "La conversión pastoral de nuestras comunidades exige que se pase de una pastoral de mera conservación a una pastoral decididamente misionera. Así será posible que "el único programa del Evangelio siga introduciéndose en la historia de cada comunidad eclesial".
Patricia L. Jáuregui Romero
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