Mons. Reinaldo Nann

domingo, 4 de diciembre de 2011

Las tradiciones natalicias son, islas para el alma, ante el consumo desenfrenado: BXVI

03-12-2011 Radio Vaticana

Sábado, 03 dic. (RV).- “El cielo presente en la tierra”. El Santo Padre Benedicto XVI reconoció con esta frase el momento musical y cultural que, ayer en la tarde, compartió en el Palacio Apostólico, escenario de las más típicas tradiciones de Adviento de la región alemana de Bavaria.

En la Sala Clementina del Vaticano, la Radiotelevisión bávara ofreció al Santo Padre un encuentro cultural que bajo el titulo “Adviento y Navidad en los Alpes Bávaros” inició con la proyección del documental “El cielo en la Tierra” de Sigrid Esslinger el clima espiritual del tiempo de Adviento la tierra natal del Papa, con las distintas costumbres y tradiciones del tiempo de Navidad, en las familias y las parroquias. Luego, en esa atmósfera acogedora y familiar el Ensemble y el “Coro Montini” interpretaron el Oratorio Natalicio de los Alpes.

El Papa -hablando en alemán- agradeció profundamente a los participantes en esta iniciativa con la que “han traído -dijo- algo de las usanzas y del sentido de la vida típicamente bávara a la Casa del Papa”. Razón suficiente para que de todo corazón pidiera para ellos que el Señor los haga merecedores de su gracia por este regalo. También, al felicitar a su Secretario de Estado, el cardenal Tarcisio Bertone quien ayer celebró su cumpleaños, BenedictoXVI manifestó a los italianos presentes que sin duda esa había sido una alegre muestra de la inculturación de la fe en las tierras de Bavaria…

Benedicto XVI explicó que allí el Adviento es llamado “tiempo silencioso”, porque la naturaleza hace una pausa; la tierra está cubierta de nieve, no se puede trabajar el campo, y todos están necesariamente en sus casas. El silencio del hogar se hace, por la fe, espera del Señor, alegría de su presencia. Y así surgen las melodías, las tradiciones que como hoy un poco hacen “al cielo presente en la tierra”.

“Hoy el Adviento es –con frecuencia- todo lo contrario: tiempo de desenfrenada actividad, se compra, se vende, se hacen preparativos de Navidad, de las grandes comidas, etcétera. Así también donde nosotros. Pero como habéis visto, las tradiciones populares de la fe no han desaparecido, es más, han sido renovadas, profundizadas, actualizadas. Y así crean islas para el alma, islas del silencio, islas de la fe, islas para el Señor, en nuestro tiempo, y esto me parece muy importante”.

El Santo Padre agradeció en particular a todos aquellos que en las familias y en las Iglesias hacen presente la realidad de la fe en nuestras casas, en nuestro tiempo. “Esperamos –concluyó Benedicto XVI- que también en futuro esta fuerza de la fe, su visibilidad, permanezca y ayude a salir adelante, como el Adviento quiere, hacia el Señor”

RV-ATD

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