Los adultos nos damos cuenta que el estilo de vida que llevamos es resultado de las opciones variadas que hemos tomado. En algunos momentos de nuestra vida, como fuerza motivacional, ha primado la búsqueda de la satisfacción de sí mismo “para pasar de la frustración a la gratificación”. En otras ocasiones, la realización personal ha tenido como eje el interés propio pero en complementariedad con el de otros, evitando entrar en conflicto y viviendo en armonía. Lo cierto es que vivimos en un mundo con muchas posibilidades. También constatamos que, en nuestra vida cotidiana nos experimentamos entre fuerzas dinámicas de razones y sentimientos, entre conciencia e inconciencia, entre el mundo interno y el mundo externo, entre la individualidad y la inter relación. A pesar de las opciones muy variadas en la historia de nuestra vida y de las fuerzas dinámicas, nuestra existencia no está determinada ni acabada: la podemos mejorar dándole el sentido de una mayor comunión y una alegría más fraterna.
En
este Taller Bíblico (TaBi) la figura de Zaqueo en el evangelio de San Lucas 19,
1-10 nos ayudará a reflexionar y valorar el don de la alegría como estilo de
vida que viene de la asunción y la gestión de una conversión que nos lleva a
participar en la gracia de la redención divina en comunión con los demás.
Zaqueo
como jefe de cobrador de impuestos se ha establecido en Jericó (v2). Una ciudad
estratégica en la economía de la región, con clima agradable y ambiente
vacacional. Ciudad preferida por personajes con status socio económico alto.
Zaqueo al haber comprado su jefatura de cobrador de impuestos de las
autoridades del imperio romano se ha trazado metas definidas y los ha logrado. El
eje de su vida ha estado movida por la responsabilidad laboral económica y por
el cumplimiento de los deberes religiosos que ordena la Ley. Con el dinero
obtenido se ha ganado amigos y enemigos. Zaqueo tiene un futuro de vida
asegurada. Posee suficiente dinero para festejar la vida con los amigos del
club. Constamos que Zaqueo y su perspectiva de vida gira en torno a la posesión
de bienes y el dinero. Externamente es un hombre realizado y pleno.
Pero
el ser humano no es una creatura con horizonte de vida limitada. Zaqueo a pesar
de que es una persona “lograda”, siente en su interior una voz que le susurra y
le invita a ampliar el horizonte de vida. Voz que le desafía a reconsiderar sus
motivaciones y a gestionar una alegría más fraterna y abierta. Una vida no sólo
desde las consideraciones humanas para este mundo, sino una vida desde el
horizonte de Dios.
Zaqueo
al enterarse de que Jesús está de paso por Jericó (v1) se siente movido para
ver cómo es Jesús (v4). A pesar de los impedimentos como su baja estatura, la
multitud que le impide ver a Jesús (v4) y los honores sociales logrados toma la
decisión de superarlos creativamente: se sube a un árbol para ganar “altitud”. Ahora
Zaqueo es sorprendido por el Dios y la humanidad que Jesús le presenta. La
motivación limitada de sólo “ver a Jesús” es ampliada por la mirada y las
palabras de Jesús (v5). La mirada acogedora, la cercanía fraternal, la ausencia
de prejuicio y la alegría de la mesa compartida por Jesús cuestionan el estilo
de vida lograda por Zaqueo. Zaqueo a su manera puede comprar todo lo que
quiere, pero “no puede comprar la redención de su alma”, la salvación de su
vida.
Zaqueo
valora de sumo grado la presencia de Jesús en su casa y quiere demostrar, ante
Jesús y ante los demás, una justicia que él puede hacer: “dar la mitad de su
bienes a los pobres” y “devolver cuatro veces más” a los empobrecidos (v8). La
corazonada, la mirada inicial, la alegría y el desprendimiento de los bienes
materiales demostrado por Zaqueo, con Jesús dentro de la casa acontece como
gracia de conversión (v7). Recibe de Jesús la redención de la que había sido
excluido por el estilo de vida en pecado: “Hoy ha llegado la salvación a esta
casa, pues también este hombre es hijo de Abraham” (v9). La conversión de
Zaqueo y la redención de Jesús hacen que lo divino y humano se encuentren como
realidad doméstica, el cielo y la tierra se toquen como briza de amor, el
corazón del hombre sea liberado y la alegría sea ensanchada.
Podemos
concluir afirmando: el deseo y opción de otra forma de alegría, la decisión de
salir al encuentro de Jesús, la superación de los prejuicios limitantes, el
redescubrimiento de la vida como don y la experiencia de un Dios encarnado en
la vida cotidiana hacen que Zaqueo experimente la sorpresa de una vida liberada
y la amplitud de una alegría que viene de la conversión y de la redención. Es
una vida sanada por la presencia redentora de Jesús y una alegría ampliada en
comunión con los empobrecidos.
Conclusiones
a partir del texto bíblico considerado: 1) Jesús no solamente pasa por la
ciudad de Jericó, también pasa por la vida de Zaqueo transformándolo y
ampliándolo. 2) Zaqueo ha logrado metas humanas, pero se ha vaciado de la
comunión con Dios y se ha excluido de la comunión con los más pobres. 3) La voz
inicial en el interior de Zaqueo y el encuentro fraterno en casa con Jesús
liberan las justificaciones racionales y superan las limitaciones humanas. 4) La
desconexión con la interioridad, los vacíos emocionales y el apego a las cosas
materiales conducen a la deshumanización, a la tristeza y a la muerte del
espíritu. 5) Escuchar y obedecer la Palabra de Dios facilita el encontrarse
consigo mismo y a redescubrir la razón de ser y existir que conduce al reino de
Dios. 6) El Zaqueo festivo y poderoso ha encontrado la alegría de una vida
ensanchada, profunda y salvífica con la presencia redentora de Jesús.
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