Sin embargo, la gran mayoría de los sacerdotes eran criollos. Se habían formado en escuelas católicas con ideas de la ilustración. Muchos hacen fervientes proclamas de la independencia. Por ejemplo, el prócer de la independencia, el P. Rodriguez de Mendoza. Pero se olvidan del indio y del negro.
Hoy
nuevamente
en la iglesia hay divisiones: Tenemos a los Tradicionalistas contra los
Progresistas.
Los
tradicionalistas se aferran a la tradición. Creen, que antes todo era mejor.
Defienden al capitalismo contra el comunismo. A la modernidad ven solo
negativo: los movimientos feministas, abortistas y LGTBI, el libertinaje sexual
y el ateísmo. Se ven como cruzados contra la modernidad diabólica. En lo moral
son rigoristas. La independencia para ellos fue obra de la masonería, pero la
aceptan y celebran como parte de nuestra historia. Son integristas, para los
cuales la diversidad es una amenaza.
Los
progresistas se adaptan rápidamente al mundo moderno. Buscan lo novedoso, a
veces acriticamente. Desprecian la tradición como anticuada. Buscan una
economía solidaria y más humana, ni capitalista ni comunista. Defienden a los
pobres y vulnerables, al medio ambiente. Creen, que la independencia es todavía
una tarea pendiente: hay que integrar los pueblos andinos e amazónicos,
aceptarnos como un país plural y megadiverso. Son pluralistas: la diversidad es
riqueza.
Desafíos:
La
iglesia del Papa Francisco y del Bicentenario tiene que superar sus divisiones
aceptando lo bueno de cada uno. Ser enraizados en la tradición, pero abiertos a
la modernidad. Por su Espiritualidad superará al materialismo comunista y
capitalista. Será como un árbol: Sin
raíces no puede crecer ni dar frutos. Debemos aceptar y vivir un sano
pluralismo tanto dentro como fuera de la iglesia. El mundo no es ni malo ni
bueno, es campo de misión. Discerniendo los signos de los tiempos y
comprometiéndonos por un mundo más fraterno y sostenible.
El
Perú del Bicentenario necesita inclusión: en el área de salud, educación y
economía y también culturalmente: Los herederos de los excluidos de la
independencia (indios, negros, mujeres) necesitan inclusión hoy: los
provincianos, los pobres, los pueblos indígenas. La iglesia puede contribuir a
una amplia alianza social, que incluye a todos.
En este complicado tiempo del cambio de
gobierno necesitamos:
1.
Calma:
Dejar de atacar a Personas. Se acabó la campaña. Ahora estamos ante un problema
de justicia electoral. Fortalecer las instituciones. ¡No-violencia verbal! ¡No al
golpe militar!
2.
Desintoxicarse de información falsa
Hay que dejar de escuchar y ver informaciones partidarias por un tiempo. Ayuno político en redes sociales. Leer solo periódicos
serios de ambos bandos para no quedarse en una burbuja sino conocer la otra
cara de la medalla.
3.
Escuchar y
dialogar: Buscar lo positivo en el
oponente. Necesitamos a los dos: Costa y Sierra, Ricos y Pobres. Conservadores
e Izquierdistas. Empresarios y Campesinos.
4.
Vigilar:
Defender a la democracia con la Proclama Ciudadana y al mismo tiempo a
los más vulnerables (justicia y solidaridad para el pobre, la mujer, el
indígena/campesino). Denunciar la corrupción empezando con nosotros mismos.
5.
Colaborar en la lucha contra la
pandemia, la corrupción y la pobreza.
Caravelí, julio de 2021
+ P. Reinaldo Nann, Obispo Prelado de Caravelí
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