Mons. Reinaldo Nann

miércoles, 2 de octubre de 2019

Evangelio del día, jueves 03-10-2019 (Vigésimo Sexta Semana del Tiempo Ordinario)


Lectura del santo evangelio según san Lucas 10, 1-12
En aquel tiempo, designó el Señor otros setenta y dos y los mandó por delante, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares adonde pensaba ir él.
Y les decía: «La mies es abundante y los obreros pocos; rogad, pues, al dueño de la mies que mande obreros a su mies. ¡Poneos en camino! Mirad que os mando como corderos en
medio de lobos. No llevéis talega, ni alforja, ni sandalias; y no os detengáis a saludar a nadie por el camino. Cuando entréis en una casa, decid primero: "Paz a esta casa". Y si allí hay gente de paz, descansará sobre ellos vuestra paz; si no, volverá a vosotros. Quedaos en la misma casa, comed y bebed de lo que tengan, porque el obrero merece su salario. No andéis cambiando de casa. Si entráis en un pueblo y os reciben bien, comed lo que os pongan, curad a los enfermos que haya, y decid: "Está cerca de vosotros el reino de Dios." Cuando entréis en un pueblo y no os reciban, salid a la plaza y decid: "Hasta el polvo de vuestro pueblo, que se nos ha pegado a los pies, nos lo sacudimos sobre vosotros. De todos modos, sabed que está cerca el reino de Dios." Os digo que aquel día será más llevadero para Sodoma que para ese pueblo.»
Reflexión del Evangelio de hoy
"El gozo en el señor es vuestra fortaleza"
El libro de Nehemías narra con sentido litúrgico que el pueblo se reúne como si fuera un solo hombre en la plaza. A Esdras le encargan que trajese el libro de la ley a la asamblea de hombres y mujeres y de todos los que podían comprender.
Esdras era el sacerdote encargado de bendecir al pueblo con el libro. Pero no era sólo un libro, tenía que ser explicado por los sacerdotes levitas. Esdras era un escriba, un entendido de la ley, y sacerdote.
Tanto Nehemías, como Esdras y los levitas proclamaban ese día, el día primero del mes séptimo, día consagrado al Señor. A todo hombre y mujer y a todo aquel que podía comprender se les explicaba el contenido y significado de aquel libro.
Como todo acto litúrgico y cultual, termina con una celebración, con una comida importante, alegre, donde se le dice al pueblo que “el gozo en el Señor es vuestra fortaleza”.
Y así es, no podemos dar testimonio de nuestra fe si no la vivimos con alegría, si no manifestamos el gozo que supone creer en Dios, por medio de Cristo, alegría del mundo, si no participamos de la alegría de lo fraterno, de la pertenencia a un pueblo, en este caso de la pertenencia al pueblo de Dios, y de la participación en los sacramentos.
Alegres nos quiere Dios en la fe, aunque el  riesgo sea grande, lleno de persecuciones o enfermedades a superar, alegres nos quiere Dios y llenos de esperanza.
El final del texto de esta lectura termina añadiendo que todos por fin se fueron a comer y a compartir, y que todos habían comprendido lo que se  les había enseñado.
Porque el compartir surge con la satisfacción de haber aprendido algo sobre la vida y sobre Dios, algo sobre la esperanza y la alegría.
"Vuestra paz descansará sobre ellos"
El evangelio de Lucas nos presenta a Jesús instruyendo a sus discípulos y enviándolos a predicar de dos en dos.
Primero pide oración para que haya más obreros para el cuidado del pueblo, para predicar, para el cuidado de quienes aceptan la llegada del reino de Dios, anunciado  por Jesucristo como ya presente.
Luego, les instruye para que su evangelizar sea una predicación que lleve implícita un testimonio de vida, importante para ser creíbles. También les advierte que no todo va a ser sencillo, pero que han de confiar en Dios. No todo será escuchado, no todo será aceptado. Muchos actuarán con bondad, pero otros actuarán con intereses perversos.
Les hace tomar conciencia de la responsabilidad de su anuncio, que es un anuncio de PAZ.Así será reconocido el Hijo de Dios. Y toda la paz que lleváis dentro por la fe en Jesucristo descansará sobre ellos.
Qué importante y necesario es el saludo de Paz. Sin embargo, no todo queda en un saludo. Es importante para la evangelización adquirir y mantener una actitud donde la paz sea lo que se desprenda de nosotros. No puede engendrar odio nuestra palabra, porque hablamos de otra Palabra más importante: aquella que pronuncia Dios como un relato en la vida de cada ser humano. No puede engendrar división, porque la Palabra: Cristo, es el nexo de unión entre Dios y los hombres.
Oremos, para que sepamos mostrar a Jesucristo como el Dios de la Paz, y para que descanse sobre todos los pueblos la paz que nos ofrece Dios.

Fr. Alexis González de León O.P.
Convento de San Pablo y San Gregorio (Valladolid)
https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/3-10-2019/

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