Mons. Reinaldo Nann

sábado, 17 de agosto de 2019

Evangelio del día sábado 17-08-2019 (Decimonovena Semana del Tiempo Ordinario)


Lectura del santo evangelio según san Mateo 19,13-15
En aquel tiempo, le acercaron unos niños a Jesús para que les impusiera las manos y rezara por ellos, pero los discípulos los regañaban. Jesús dijo: «Dejadlos, no impidáis a los niños acercarse a mí; de los que son como ellos es el reino de los cielos.» Les impuso las manos y se marchó de allí.
Reflexión del Evangelio de hoy
“Lejos de nosotros abandonar al Señor para ir a servir a otros dioses”  

Significativo, vital, el diálogo de Josué con su pueblo. Se trata de elegir. De elegir, ni más ni menos, a qué Dios quiere servir el pueblo. No es una elección como otra cualquiera, de esta elección va a depender la totalidad de la vida. Josué anima al pueblo a que elijan como Dios al “Señor”: “Temed al Señor, servidlo con toda sinceridad; quitad de en medio los dioses a los que sirvieron vuestros padres”.
De todas las maneras, les dice algo de sentido común. Si elegir al Señor les resulta duro, no felicitante… comprende que quieran elegir a otros dioses que les haga la vida más agradable, pero él y su casa “serviremos al Señor”, en buena lógica, porque encuentran en él justamente una vida que les llena.
Ante las palabras de Josué, el pueblo, acordándose de todo lo que el Señor había hecho con ellos, empezando por librarles de la esclavitud de Egipto, responde con claridad: “¡Lejos de nosotros abandonar al Señor para ir a servir a otros dioses! ¡También nosotros serviremos al Señor; es nuestro Dios!”.  
Sabemos que Jesús se encontró, en algún momento, con una situación parecida. A algunos de sus seguidores, cuando empezó a hablarles de él como pan de vida, les parecieron duras sus palabras y dejaron de seguirle. Jesús tuvo la valentía de preguntar a los que se quedaron con él si también elegían marcharse o seguir con él. Sabemos cómo le respondieron: “¿A quién iríamos? Tú solo tienes palabras de vida eterna”. Eso mismo le decimos nosotros y con toda alegría le seguimos eligiendo a él como el Dios y Señor de nuestras vidas.
“De los que son como ellos es el Reino de los cielos”
¿Qué puede ver Jesús en los niños para hablarnos de ellos de esta manera: “De los que son como ellos es el Reino de los cielos”? Quizás las notas más sobresalientes de los niños sean la ingenuidad y la confianza. Los niños se creen todo lo que sus padres les dicen. Ni se plantean que les puedan mentir. Son sus padres, les quieren y les dicen siempre la verdad.
Esa misma ingenuidad y confianza la debemos tener nosotros ante todo lo que nos dice Jesús sobre nuestro Dios. Nos asegura que no es un ser lejano y despreocupado de nosotros. Es nuestro Padre y Padre amoroso que cuida de cada uno de nosotros. Al que debemos proclamar como Rey de nuestra vida, es decir, como el que queremos que rija y dirija nuestros pasos. Estamos en buenas manos, en las manos amorosas de nuestro Padre Dios. 
San Jacinto  nació en Kamién (Polonia) en 1183. Siendo canónigo de la iglesia de Cracovia fue a Roma, por motivos de estudios. Allí conoció a Santo Domingo que le convenció para ingresar en la Orden recientemente fundada por él y del que recibió el hábito dominicano. San Jacinto fue el gran propagador del evangelio y de la Orden dominicana en Polonia hasta su muerte el 15 de agosto de 1257.

Fray Manuel Santos Sánchez
Convento de Santo Domingo (Oviedo)
https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/17-8-2019/

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