Mons. Reinaldo Nann

miércoles, 8 de mayo de 2019

Manifiesto- Iglesia: Un obispo reflexionando sobre la iglesia en el Perú


 ¿Qué está pasando en nuestra Iglesia?
1.    La crisis de los abusos: También en el Perú hay sacerdotes, que abusaron sexualmente de menores de edad. El caso emblemático es el Sodalicio de Vida Cristiana, donde su fundador y varios de la primera generación abusaron en serie. Fueron abusos de poder, de consciencia y sexuales. También hay casos en congregaciones religiosas y diócesis. Mucho tiempo la iglesia se ha callado o encubierto a los abusadores. Esto tiene que cambiar. Hay que escuchar y ayudar a las víctimas. Hay que extirpar al cáncer y prevenir nuevos casos. Hay que denunciar para poder renovar. Hay que luchar contra el clericalismo y abuso de poder, porque allí es donde empieza todo. Si no reaccionamos a tiempo, perderemos toda credibilidad, como de hecho pasó en la iglesia chilena.
2.    Una iglesia dividida: Todavía hay fuertes grupos conservadores en la iglesia. Es cierto que hay que conservar la fe en un mundo de cambios acelerados. Pero la iglesia tiene que adaptarse de alguna manera al pueblo en este mundo, entenderlo para poder evangelizarlo. La iglesia va cambiando a lo largo de la historia, es una iglesia, que permanentemente necesita reformarse, así lo dijo el concilio vaticano II. Hay muchos obispos, que están con el Papa Francisco y su plan de reforma. Hay otros, que lo critican abierta- o encubierta-mente.
3.    Una iglesia desvalida en un mundo sin Dios:  El Perú es un pueblo muy creyente. La religiosidad popular y muchas tradiciones mantienen su fe. Sin embargo, siempre más gente se hace evangélico. Y los jóvenes están en otra. Les interesa el internet, la diversión y las cosas materiales. Poco a poco se olvidan de Dios, ya no le dan mucha importancia. Antes la iglesia era un imán para los jóvenes, ahora se ven mucho menos en los grupos parroquiales. Y también las vocaciones, que aumentaron en los años 80 y 90, ahora están bajando.
¿Qué podemos hacer?
1.    No pelearnos todo el tiempo entre conservadores y progresistas. Unirnos alrededor del Papa Francisco y dejar, que cada uno ponga sus acentos propios. En vez de pelear, dar cierta libertad a cada uno de vivir su carisma. Los carismas, que se han podrido en la raíz, como el Sodalicio, tienen que ser eliminados. La gente buena, que hay en estas organizaciones, debería reagruparse en organizaciones nuevas, no sin haber indemnizado generosamente a todas sus víctimas. 
2.    Mucho tiempo los progresistas fueron perseguidos duramente por el ala conservador. Ahora el Papa Francisco nombra obispos progresistas, que no son comunistas, sino gente, que quiere renovar y modernizar la iglesia. Es necesario. Al lado conservador no le sirve, resentirse y enviar dardos envenenados. Evangelicemos ambos, aunque de manera distinta. Es urgente, que la iglesia se modernice. Tiene que buscar un lenguaje más moderno, no centrarse únicamente en cuestiones de moral sexual sino hablar de los temas, que preocupan a la gente. Tiene que incluir mucho más a los laicos, a las mujeres, a los indígenas, a los jóvenes y los pobres. El obispo y el sacerdote deben compartir su liderazgo, el clericalismo nos ha alejado demasiado del pueblo. La iglesia de Francisco es sinodal: escuchándonos en comunidad. 
3.    Hay que encontrar a Dios en el mundo de hoy. Dios actúa también hoy, en personas y acontecimientos concretos. La iglesia no transmite a Dios a la gente sino descubre a Dios en medio de la gente. Necesitamos nuevos caminos comunitarios de descubrir a Dios y vivir la fe. La iglesia de Francisco es misionera. 
4.    La manera de actuar de la iglesia es el “acompañar”. A veces adelante, a veces en medio a veces detrás del pueblo. Con humildad: más acompañar que dirigir. Como lo hizo Jesús.
5.    Formar pequeñas comunidades de fe y de acción, donde los laicos tendrán protagonismo.

Caravelí, Mayo de 2019                Reinaldo Nann

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