Mons. Reinaldo Nann

miércoles, 6 de febrero de 2019

La Iglesia y el género: ¿un teléfono malogrado?, por Mons. Reinaldo nann



El problema: El Ministerio de Educación del Perú quiere introducir en el currículo el “enfoque de género”, con ello se quiere luchar contra el machismo y la desigualdad entre el hombre y la mujer y lograr una mayor tolerancia en el trato con personas no-heterosexuales. Ambos objetivos son válidos y necesarios, pero también desde una perspectiva creyente, porque la discriminación y violencia, que existe contra la mujer y contra las minorías LGTB deben de ser erradicadas, tomando en cuenta el punto de vista del Catecismo Católico.


Sin embargo, existen grandes grupos dentro de la iglesia católica y la gran mayoría de los evangélicos en el Perú, que suponen y sospechan, que detrás de este enfoque de género hay una ideología, que llaman “Ideología de género”. Así mismo, que esta ideología pretende, que cada individuo puede y debe decidir, si quiere ser masculino, femenino o neutro. Creen, que esta ideología va a homosexualizar a sus hijos. Curiosamente nadie se autoproclama miembro o defensor de esta ideología, parece más bien una etiqueta falsa, de un producto, del cual nadie quiere ser el autor. El movimiento contra la ideología de género se ha articulado en el colectivo “Con mis hijos no te metas.”

A mí me parece, que para opinar sobre un tema desde la fe cristiana hay que intentar primero de entender bien el tema. Si no vamos a seguir con un diálogo de sordos, atacándonos sin piedad y nunca llegando a entendernos.

Explicación: Según Wikipedia la “perspectiva de género” o el “enfoque de género” es una categoría analítica, que permite expresar, que la diferencia entre el hombre y la mujer no es solamente lo biológico (esto enfoca más bien la palabra “sexo”). También hay roles sociales para hombres y mujeres, y esos roles sociales han creado una falsa subordinación de la mujer ante el varón, que tiene que ser superada. Detrás de esto está un feminismo válido, que quiere la “igualdad de género”, o simplemente iguales oportunidades para hombres y mujeres, lo que es perfectamente compatible con el mensaje bíblico y el Catecismo Católico. Sin embargo, hay corrientes más radicales, que incluyen en el término género también a toda la comunidad LGTB y piden para ellos los mismos derechos que para los heterosexuales. Algunos creen, que la biología no importa para nada, todo es cuestión de la sociedad y por eso uno puede cambiar de género o elegir su género libremente.

Resumen:

“Sexo”
Expresa nuestra identidad biológica. Cada célula es masculino o femenino. Los órganos sexuales definen nuestra identidad sexual.

“Genero”
Expresa nuestra identidad social. La sociedad forma ciertos roles o estereotipos, que en el pasado han contribuido a una desigualdad (machismo). Estos roles pueden y deben cambiar y adaptarse a los cambios, que hay en la sociedad.

Conclusión: La verdad es que ambas cosas existen y se trata de mantener un sano equilibrio entre lo biológico y lo social. Quien niega la biología como base y sólo cree en lo social sería un extremista “generista”. Pero también el que sólo valora lo biológico sin tomar en cuenta el rol social sería un extremista biologista. El hombre en verdad es ambos: ser biológico y ser social. Tiene sexo y tiene género. Son dos aspectos de nuestra identidad sexual.

Por eso hablar de género sin absolutizar su influencia en el ser humano no es “ideología de género”. Esto empieza recién, cuando se niega la biología y postula que el género es lo único que vale. Bajo esta perspectiva de mantener el equilibrio me parece totalmente lícito, de hablar de un “enfoque de género” y de “igualdad de género” en la educación. Porque en el sexo o en la biología no somos iguales. Pero nuestro rol social debe valer igual, la sociedad debe tratar de igual a igual a hombres y mujeres.

Tareas para la iglesia:

1.    Diferenciar nuestro lenguaje: No condenar cualquier uso de la palabra “género” como “ideología de género”. No reemplazar la palabra sexo con la palabra género, sino usar cada uno en su contexto.
2.    Valorar lo positivo, que hay en el “enfoque de género” y apoyar a las iniciativas contra el machismo, el feminicidio y cualquier discriminación de grupos vulnerables.
3.    Estar atentos y señalar las posibles exageraciones del “enfoque de género”. La identidad sexual es algo, que el niño y el joven van descubriendo y desarrollando poco a poco. Pero a base de la biología como don de Dios y no eligiendo libremente nuestra identidad sexual, como si lo biológico no existiera.

Espero poder contribuir un poco con este texto para un entendimiento mejor, facilitando un verdadero diálogo entre la iglesia y la sociedad para servir mejor a la formación y educación sexual de los niños y jóvenes.

Enero de 2019                            Reinaldo Nann, obispo de Caravelí.

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