Mons. Reinaldo Nann

martes, 13 de noviembre de 2018

Evangelio del día, 13-11-2018 (Trigésimo Segunda Semana del Tiempo Ordinario. Año Par)


Lectura del santo evangelio según san Lucas 17, 7-10
En aquel tiempo, dijo el Señor: «Suponed que un criado vuestro trabaja como labrador o como pastor; cuando vuelve del campo, ¿quién de vosotros le dice: "En seguida, ven y ponte a la mesa"? ¿No le diréis: "Prepárame de cenar, cíñete y sírveme mientras como y bebo, y después comerás y beberás tú"? ¿Tenéis que estar agradecidos al criado porque ha hecho lo mandado? Lo mismo vosotros: Cuando hayáis hecho todo lo mandado, decid: "Somos unos pobres siervos, hemos hecho lo que teníamos que hacer."»

Reflexión del Evangelio de hoy
Robustos en la fe, en el amor y en la paciencia
San Pablo da consejos a Tito en esta carta sobre la sana doctrina, y las actitudes que la acompañan desde la coherencia. En ella le pide que enseñe a los ancianos para que sean robustos en la fe, en el amor y en la paciencia.
Porque la fe puede ser fácil de perder si no se alimenta de la sana doctrina, la que Jesús predicó, y nos dio como salvación. Y la fe por otra parte requiere ser compartida y mostrada con gestos claros de amor. Una fe sin caridad es una fe vacía, sin contenido. Pero para mostrar nuestra fe, que necesita del amor, se requiere de la paciencia. Una virtud escasa en este tiempo donde la inmediatez se ha vuelto una exigencia: “Si todo no nos es dado ahora mismo, entonces carece de sentido”. Haciendo así de la espera una cuestión irrealizable.
¿La paciencia es una virtud perdida? Puede serlo si sólo miramos a nuestras necesidades personales como la única forma de relación. La paciencia se pierde si no sé esperar el tiempo de mi hermano, a su acontecimiento, a su presencia.
Una fe robusta, impregnada de gestos de amor, destierra todo tipo de odio, actitudes chismosas y todo tipo de vicios. No tiene por qué estar referido sólo a las ancianas, como lo refiere San Pablo, en el contexto de esta carta.
Una buena enseñanza para la juventud es la búsqueda de ideas justas, presentando modelos de hombres y mujeres donde la justicia sea una causa primera por la que luchar.
El Evangelio termina con esta frase: ”hemos hecho lo que teníamos que hacer”. Es el momento del tiempo cumplido, de la promesa compartida, de la esperanza que no acaba. La conciencia nos puede pedir cuentas cuando nos alejamos de la fe, cuando nos alejamos del amor, y cuando perdemos la paciencia. Son tres virtudes que se acompañan mutuamente en el seguimiento a Jesús de Nazaret.

Fr. Alexis González de León O.P.
Convento de San Pablo y San Gregorio (Valladolid)
https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/13-11-2018/

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