Lectura del santo evangelio según san Mateo
19,23-30
En
aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Os aseguro que difícilmente entrará
un rico en el reino de los cielos. Lo repito: Más fácil le es a un camello
pasar por el ojo de una aguja que a un rico entrar en el reino de Dios.» Al
oírlo, los discípulos dijeron espantados: «Entonces, ¿quién puede salvarse?»
Jesús
se les quedó mirando y les dijo: «Para los hombres es imposible; pero Dios lo
puede todo.»
Reflexión del Evangelio de hoy
El
libro del profeta Ezequiel recoge este pensamiento: Se hinchó tu corazón, y
dijiste: 'Soy Dios, entronizado en solio de dioses en el corazón del mar', tú
que eres hombre y no dios; te creías listo como los dioses.
A
veces la arrogancia, nos hace creer que tenemos un gran poder en esta vida por
encima de todo y de todos: nos creemos más listos que otros, o más sabios,
creemos que por tener experiencia de algo ya lo sabemos todo y dejamos de
escuchar a Dios y a los hombres, y creemos que nuestro trono está en medio de
la inmensidad del mar.
Erramos
cuando nos dejamos guiar por esa arrogancia. Algo en la vida nos hará situarnos
en nuestra pequeñez. Ni la juventud con su ímpetu y fuerza, ni la vida adulta
con su experiencia podrán superar la inmensidad del mar. Ni siquiera somos
poseedores de una ínfima parte de ese mar, todo se escapa de nuestras manos.
Nos pavoneamos engreídos porque creemos en nuestras solas fuerzas sin necesidad
de Dios.
Sin
embargo, cuando viene la debilidad, cuando la vida se muestra con toda su
crudeza en la precariedad laboral, en la enfermedad, en las turbulencias
violentas de las relaciones nos sentimos desgraciados, sin fuerzas, precarios.
¿A quién acudirás para encontrarte? ¿No es Dios una posibilidad para tu
salvación? ¿No estás dispuesto? ¿Quién estará para ayudar a salir de tu error?
Tras
muchas de nuestras arrogancias se esconden muchos trastornos de la
personalidad, que paradójicamente despersonalizan al ser humano. Detrás de
estos trastornos se esconden una reafirmación personal alimentados por el
miedo. Se huye de Dios por miedo, y se niega a Dios por miedo. Otras veces la
razón de esta huida es una visión egoísta del desamparo: como Dios no me ha
ayudado como yo quería… o no he visto que Dios me salvara en tal situación…
¿Cuántas
veces Dios ha estado salvando y ayudando sin que nos hayamos percatado de ello?
A veces renunciamos a la fe, porque alguien de la Iglesia no ha dado el
testimonio suficiente para mantenerme en ella. Pero eso es echar balones fuera
de mi responsabilidad a la hora de creer. La fe es una adhesión libre a Dios.
El verdadero reto está en decir, a pesar de todo, CREO. Pero la fe no es un
pesar, es más bien el ejercicio libre y liberador de los pesares. El pasado no
se resuelve enterrándolo simplemente, sino en liberarme del dolor y el
sufrimiento que en mi vida ha provocado. El pasado liberado es un presente
reconciliado con una visión positiva de la vida. Dios me sigue amando, porque
Él es fiel.
El
Evangelio de Mateo Jesús advierte a los ricos que ponen su corazón y su
felicidad en las riquezas, porque empequeñecen su vida y su capacidad de amar.
No todo en esta vida son riquezas.
Pedro
se pregunta, ¿entonces quién puede salvarse? En el Evangelio se dice que,
aquellos que han sido capaces de dejarlo todo, esos recibirán cien veces más.
En
este Evangelio no es que se impida la felicidad a los ricos, ni tampoco se
niega su salvación. Jesús propone un reto para todos. ¿Quién es capaz de
dejarlo todo por mí y el Reino de Dios? Dejarlo todo es dejar no sólo lo que me
impide acceder a Dios, sino también toda actitud que me impide acceder a los
hermanos como la arrogancia. También puede negar el acceso a Dios el pasado no
superado. La vida no consiste en negar el pasado sino en superarlo.
En
las redes sociales se encuentra de todo, muchas veces basura, pero hoy me
encontré en una red social con este pensamiento de Cohen que nos puede valer
también para Dios: “No borres ningún día de tu vida. Los días bellos te han
dado felicidad. Los malos te han dado experiencia. Y los peores te han enseñado
a vivir”. ¿Por qué queremos borrar a Dios de nuestra vida? ¿Eres capaz de vivir
con Dios sin negarlo?
Fr. Alexis González
de León O.P.
Convento de San Pablo y San Gregorio (Valladolid)
Convento de San Pablo y San Gregorio (Valladolid)
https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/21-8-2018/
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