Lectura del santo evangelio según san Mateo
10,34--11,1
En
aquel tiempo, dijo Jesús a sus apóstoles: «No penséis que he venido a la tierra
a sembrar paz; no he venido a sembrar paz, sino espadas. He venido a enemistar
al hombre con su padre, a la hija con su madre, a la nuera con su suegra; los
enemigos de cada uno serán los de su propia casa. El que quiere a su padre o a
su madre más que a mí no es digno de mí; el que quiere a su hijo o a su hija
más que a mí no es digno de mí; y el que no coge su cruz y me sigue no es digno
de mí. El que encuentre su vida la perderá, y el que pierda su vida por mí la
encontrará. El que os recibe a vosotros me recibe a mí, y el que me recibe
recibe al que me ha enviado; el que recibe a un profeta porque es profeta
tendrá paga de profeta; y el que recibe a un justo porque es justo tendrá paga
de justo. El que dé a beber, aunque no sea más que un vaso de agua fresca, a
uno de estos pobrecillos, sólo porque es mi discípulo, no perderá su paga, os
lo aseguro.» Cuando Jesús acabó de dar instrucciones a sus doce discípulos,
partió de allí para enseñar y predicar en sus ciudades.
Reflexión del Evangelio de hoy
No
existe testimonio sin coherencia
Decimos
estar cansados de palabras vacías, de discursos sin compromiso, de promesas sin
objetivos, sí decimos, pero nos cuesta la coherencia con lo que decimos, lo
pensamos, lo proclamamos a los mil vientos, pero a la hora de la verdad no nos
molestamos en mover un dedo para cambiar la situación.
De
poco nos sirven las palabras si no van acompañadas de hechos, si se quedan en
simples ondas de sonido que con el viento vuelan, no se ven, sólo se oyen y no
se convierten en situaciones reales. Criticamos a aquellos a los que damos el
poder de representarnos, porque, en el fondo, todos, los que votan y los que
no, dan paso a las situaciones que vivimos, unos por acción y otros por
omisión, pero sólo nos dedicamos a protestar, pero no a llevar a cabo lo que
decimos que se debería hacer.
Puede
que hoy nos hagan una llamada a ser coherentes, a dar testimonio con nuestra
vida de aquello que pensamos y creemos, a poner nuestras ideas por obra, a no
dejarnos llevar sobre todo por la corriente de la comodidad, porque “yo sola no
puedo hacer nada” y esto parece que nos exime de toda responsabilidad.
Se
habla en nuestra sociedad de libertad, pero la unimos a hacer lo que queremos,
la libertad sin responsabilidad no existe, porque una libertad de hacer lo que
se quiere sólo es el escondite de una esclavitud egocéntrica, una esclavitud
creada por nuestro capricho que nos convence de que hacer lo que nos da la gana
es lo que nos hace libres, pero no es cierto, sólo la coherencia y la
transparencia es lo que nos ayuda a ser libres para dialogar, para actuar, para
hablar, para dar paso o frenar a otros.
¿Cómo
afrontas tu libertad? ¿Cuáles son los pilares en los que apoyas tu vida y que
te mueven hacia adelante? ¿Tu testimonio se queda en palabras que se lleva el
viento o en actos que quedan grabados en piedra?
Ser
paz y dar paz
La
definición de los términos que utilizamos en una explicación nos allanan el
camino para conseguir que nos entiendan mejor, no siempre entendemos de
la misma manera la definición dada por los mejores diccionarios, no siempre
podemos dar una explicación correcta y exacta de lo que vemos o percibimos,
porque siempre estará “contaminada” por nuestra experiencia, por nuestras
vivencias anteriores.
Algunos
definirán paz como ausencia de conflictos, pero no siempre esta definición es
válida, ya que la ausencia de conflictos no implica que exista la paz, puede
que sea como una herida curada en la superficie pero que dentro la infección
sigue trabajando. Puede que entendamos que dejar es algo que sólo produce dolor
y sufrimiento, pero hay que dejar marchar lo que no ha de estar con nosotros
para que pueda realizarse mejor, a veces impedimos su crecimiento y sólo vemos
el dolor de la separación.
En el
momento en que nosotros seamos paz daremos esa paz a los otros, porque sólo se
transmite de verdad lo que se es de verdad, hay maestros o profesores que
enseñarán teorías, pero sólo aquellos que enseñan algo con pasión consiguen
transmitirlo, consiguen que los que escuchen puedan asimilarlo, puedan hacerlo
suyo, las teorías se quedan en simples definiciones de aquello que existe, pero
nada más, los que transmiten van más allá de las simples palabras, es como el músico
que toca el instrumento sin ningún tipo de expresión en su cuerpo y aquel que
al tocar el instrumento se hace uno con él.
¿Somos
capaces de dar paz, siendo paz para nosotros y los otros? ¿Qué mensaje
transmitimos a los que nos rodean, el de la teoría o el de la vida?
Hna. Macu Becerra
O.P.
Dominicas Misioneras de la Sagrada Familia
Dominicas Misioneras de la Sagrada Familia
https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/hoy/
No hay comentarios:
Publicar un comentario