Lectura del santo evangelio según san Mateo
5,33-37
En
aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Habéis oído que se dijo a los
antiguos: "No jurarás en falso" y "Cumplirás tus votos al
Señor." Pues yo os digo que no juréis en absoluto: ni por el cielo, que es
el trono de Dios; ni por la tierra, que es estrado de sus pies; ni por
Jerusalén, que es la ciudad del Gran Rey. Ni jures por tu cabeza, pues no
puedes volver blanco o negro un solo pelo. A vosotros os basta decir
"sí" o "no". Lo que pasa de ahí viene del Maligno.»
Reflexión del Evangelio de hoy
"Eliseo
se levantó y marchó tras Elías"
En
esta primera lectura se nos describe la vocación de Eliseo, el cual va a
ser consagrado como sucesor del profeta Elías.
“Elías
le echó encima su manto”, este gesto significará la elección de Dios sobre
Eliseo, la vida de Eliseo ya no le pertenece a él sino a Dios y a la misión
profética a la que Dios le llama.
La
llamada de Dios comporta varios aspectos, uno de ellos es el cambio radical de
vida. Eliseo es un hombre rico, nos dice el texto que tenía 12 yuntas de bueyes,
y, sin embargo, cuando Dios irrumpe en su vida y lo reviste de lo alto para
desempeñar su misión profética, éste no duda en dejar todo: su oficio, su
familia, sus riquezas que son sus seguridades… y seguir la llamada de Dios
Otro
aspecto que implica la llamada de Dios es la prontitud con la que se responde.
La respuesta de Eliseo nos recuerda a la de los pescadores llamados por Jesús,
que inmediatamente lo dejaron todo y lo siguieron.
La
llamada de Dios es irrevocable y así lo muestra Eliseo, su decisión es
irreversible, pues él mata los bueyes, su instrumento de trabajo y sustento. Se
puede decir que quema las naves. Y finalmente aparece algo esencial cuando se
responde a la llamada de Dios, esto es, la alegría. Eliseo hace una fiesta con
los suyos.
Cuando
uno se encuentra con el amor de Dios y descubre su vocación, el corazón rebosa
de gozo, porque no hay más dicha que saberse propiedad de Dios.
Hoy
también viene el Señor a nuestra vida a llamarnos en el centro mismo de nuestra
vida cotidiana. Todos tenemos una misión que cumplir en este mundo, la misión
es siempre profética, es decir, todos estamos llamados a dar testimonio de
Cristo allí donde estemos.
El
ser humano se define por la vocación recibida. Cada uno somos aquello para lo
que Dios nos ha creado y el sentido de nuestra vida no es otro que descubrir y
cumplir con la vocación a la que Dios nos llama. Sólo así podremos ser felices.
El
Señor siempre nos dará la fuerza para llevar a cabo nuestra misión.
Alegrémonos, pues, porque el Señor es el lote de nuestra heredad y nos ha
escogido para continuar su obra de salvación en el mundo…”Con él a mi derecha
no vacilaré… por eso se me alegra el corazón…Me encanta mi heredad”
"A
vosotros os basta decir sí o no. Lo que pase de ahí viene del Maligno"
A lo
largo de esta semana, estamos leyendo la Carta Magna del Evangelio, el discurso
de Jesús en el Monte de las Bienaventuranzas. Para Mateo Cristo es el nuevo
Moisés que comunica la Nueva Ley. En este discurso aparecen seis antítesis
entre el Antiguo Testamento y los nuevos criterios de vida que Jesús
enseña.
Hoy
Mateo nos presenta la cuarta antítesis, que tiene que ver con el segundo y
octavo mandamiento. Aquí Jesús nos señala el amor a la verdad como algo que
debe reflejarse en el cristiano. Además, Cristo condena el juramento porque de
algún modo está ligado a la mentira, el que jura necesita demostrar que no
miente.
Así
que si al cristiano no se le permite mentir, ¿qué sentido tiene jurar? Nuestras
palabras deben ser veraces y debemos ser coherentes con lo que decimos y
nuestro modo de vivir en la verdad. El sí de nuestra boca tiene que
corresponder con el sí de nuestro corazón. El Maligno es el padre de la
mentira. Por eso, la mentira no debe entrar en el corazón humano ni regir las
relaciones de unos con otros. El que es capaz de mentir es capaz de cualquier
cosa. Dice la Escritura: “La boca que miente mata el alma”
En un
mundo donde muchas veces se vive de apariencias, en la mentira e incluso y en
la posverdad, palabra que explica una cultura en el que las
mentiras pueden sobrevivir si nos benefician, el Señor nos invita a vivir en la
verdad, a conformar nuestro pensamiento, nuestras palabras y obras a la Verdad,
ésta nos hará libres.
MM. Dominicas
Monasterio de Sta. Ana (Murcia)
Monasterio de Sta. Ana (Murcia)
https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/16-6-2018/
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